lunes, 31 de diciembre de 2012

MONSANTO: LA EMPRESA QUE SUEÑA CAMBIAR EL MUNDO (Parte I)


“Los dueños de los alimentos se convertirán en los dueños del mundo”
José Martí

Con sede en San Luis, Missouri (EE.UU.), Monsanto es una empresa monopólica dedicada a la industria agrícola y farmacéutica, innovadora en el campo de los herbicidas y, más recientemente, de los OMG (Organismos Genéticamente Modificados o, sencillamente, transgénicos). Su especialidad es la “biotecnología”, tema que actualmente suscita diversas polémicas.


Actualmente, sus oficinas de venta operan en más de 100 países y sus plantas de tratamiento de semillas se encuentran presentes a lo largo y ancho del mundo, con presencia en cada uno de los continentes. Dicha corporación, controla la mayor parte de los cultivos transgénicos del planeta (en 2001 representaban el 91% del área total cultivada).

Fundada en 1901, se la considera una de las mayores empresas químicas del siglo XX y, a su vez, una de las industrias más polémicas de la era industrial. Muchos científicos sostienen que en la actualidad, Monsanto esta modificando el mapa genético de la “madre tierra”.

“Las maravillas de la química”; del PCB al Agente Naranja

Monsanto nace como una empresa petroquímica al calor de los acontecimientos mundiales y de las necesidades de EE.UU. Hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, la industria norteamericana dependía de los suministros externos de productos químicos (fundamentalmente de Europa). Frente a la posibilidad de que EE.UU. ingresase a la contienda bélica se hizo presente acabar con esta dependencia y desarrollar este tipo de industrias locales.

En los años 20, Monsanto se convirtió en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicos de la industria química. Sin embargo, uno de sus principales productos desarrollados por la compañía fue el PCB (aceite químico utilizado como aislante en los transformadores eléctricos), dicho producto fue comercializado durante 50 años por la empresa.

En el transcurso de los años 60, los compuestos de la cada vez más numerosa familia de los PCBs de Monsanto fueron también usados como lubricantes, líquidos hidráulicos, aceites lubricantes de herramientas, revestimientos impermeables y selladores líquidos. Las pruebas de los efectos tóxicos de los PCBs se remontan a los años 30.

El Washington Post, publicó una nota el 1 de enero del 2002, donde hacía públicos unos documentos internos de la empresa que habían sido sustraídos por un empleado de la compañía, en el mismo comenta que: “miles  de páginas de documentos de Monsanto - muchas blasonadas con advertencias tales como ‘CONFIDENCIAL: Destruir luego de leer` - muestran que, durante décadas, el gigante corporativo ocultó lo que hizo y lo que sabía” (1), pero ¿Qué es lo que sabia? Básicamente, que era un químico tóxico que producía cáncer.

“Monsanto disfrutó lucrativamente de cuatro décadas de monopolio en la producción de PCB en los Estados Unidos, y luchó para proteger a ese monopolio mucho después de PCBs fueron confirmados como contaminante global. ´No podemos darnos el lujo de perder un dólar de los negocios`, concluyó un memorando interno” (2).

Finalmente los PCBs, comercializados a nivel mundial, fueron prohibidos en los 80.

La guerra de Vietnam, fue pionera en el uso de armas químicas (aspecto en el que innovó el ejército norteamericano) y contó con la participación de Monsanto. El herbicida conocido como Agente Naranja, que fue usado por las fuerzas militares de los EE.UU. para defoliar los ecosistemas de selva tropical de Vietnam a los efectos de que los vietnamitas no encontraran refugios, tenía concentraciones de dioxina muchas veces superiores al producido por Dow Chemical, el otro gran productor del defoliante. Esto convirtió a Monsanto en el principal acusado en la demanda interpuesta por veteranos de la guerra del Vietnam, que experimentaron un conjunto de síntomas de debilidad atribuibles a la exposición al Agente Naranja. Por su parte, el país invadido por los norteamericanos aún padece las secuelas del potente químico.

“En Vietnam hay zonas enteras en las que se ha prohibido cultivar o que son de acceso prohibido, son los hots spots. Estos ‘puntos calientes’ suelen ser antiguas bases militares estadounidenses que se extendían por superficies considerables –auténticas ciudades– en las que se almacenaba el agente naranja antes de trasvasarlo a los aviones o a aparatos terrestres, y cuyos alrededores eran ampliamente defoliados por razones evidentes de seguridad”, señala André Bouny autor de “Agente naranja - Apocalipsis Vietnam”. La Asamblea General de Vietnam, presentó un informe recientemente donde sostiene que actualmente cuatro millones de personas se encuentran contaminadas. Además de los casi 5 millones que murieron durante la guerra bajo los efectos del famoso “Agente Naranja” (3).

En un comercial de la empresa, en los años 70, decían que “la química hace maravillas” y que “Monsanto trae esas maravillas para Ud.”. Habría que preguntar en Vietnam.

Roundup “el producto estrella” y el Aspartamo

Roundup es el herbicida más vendido del mundo, fue lanzado al mercado en 1974 por Monsanto, el cual publicitaba el producto como “biodegradable”, “seguro” y “bueno para el entorno”, sin embargo nada de eso resultó ser verdad.

En 1997, Monsanto respondió a cinco años de quejas del fiscal general del estado de Nueva York de que sus anuncios del Roundup eran engañosos, por lo cual debió cambiar sus anuncios en el sentido de borrar las referencias anteriores del herbicida. Se comprobó que lejos de ser degradable, este producto permanece durante mucho tiempo en la superficie en que es esparcido.

Este herbicida contiene Glisofato, un químico que según el profesor Robert Belle induce el cáncer en los humanos. Sin embargo, dicho producto no ha sido prohibido ¿Por qué? Se ha ocultado su toxicidad para no afectar el desarrollo de los transgénicos.

Los productos farmacéuticos de Monsanto tienen también un historial inquietante. El producto estrella de la compañía farmacéutica GD Searle, subsidiaria de Monsanto, es el edulcorante artificial "aspartame", vendido bajo los nombres comerciales de Nutrasweet y Equal. En 1981, cuatro años antes de que Monsanto comprase Searle, un comité consultivo de la FDA (Food Drug Administration) compuesto por tres científicos independientes, confirmó informes que habían estado circulando desde hacía ocho años, y que afirmaban que "el aspartame podría inducir tumores cerebrales”.

Un estudio de 1996 publicado en la revista científica Journal of Neuropathology and Experimental Neurology, relacionó el aspartame con un incremento súbito de cánceres cerebrales a poco de introducirse la substancia. El Dr. Erik Millstone, de la Unidad de Investigación sobre Política Científica de la Universidad de Sussex (Inglaterra), cita una serie de informes de los años 80, que relacionan el aspartame con un conjunto amplio de reacciones adversas en consumidores sensibles, incluyendo dolores de cabeza, visión borrosa, entumecimiento, pérdida de audición, espasmos musculares y ataques inducidos de tipo epiléptico, entre otras muchas (4).