La presidenta reunida con sindicatos y empresarios
En su primer año de gobierno, allá por el
2003, Néstor Kirchner había sostenido que: “es indispensable
cambiar el actual sistema impositivo regresivo por otro progresivo, donde
paguen más los que más ganan”.
Sin embargo, el sistema
tributario sigue siendo uno de los principales temas de discusión en la
Argentina y, a su vez, una de las deudas del actual gobierno: modificar
definitivamente el sistema “regresivo” iniciado por Martínez
de Hoz y configurado en sus líneas principales por Domingo
Cavallo.
El punto de partida de la
discusión es lo que decía en 1952 el general Perón: “el nuevo
régimen impositivo, basado en el principio de la desgravación de las pequeñas
rentas y el aumento de los gravámenes a las clases más pudientes, cumple una
alta función social, cual es la de contribuir a una más equitativa distribución
de la riqueza”.
El gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner anunció el aumento del mínimo no imponible del
impuesto a las ganancias. Tal medida encuadra mucho mejor con el pensamiento y
la historia peronista, porque el salario no es una ganancia. De esta forma,
el Ejecutivo nacional tiene la posibilidad de avanzar como señalaba
Néstor Kirchner, gravando impositivamente aquellos sectores del capital que
obtienen mayores beneficios.
Ganancias y renta financiera
A partir de la
modificación de las deducciones y forma de cómputo del mínimo no imponible, 1,4
millones de trabajadores dejarán de pagar el tributo a partir de
septiembre. “Trabajamos duramente y encontramos la vuelta para que queden
excluidas la mayoría de las personas que trabajan en relación de dependencia, y
que el gravamen caiga sobre los que más ingresos tienen”, indicó la Presidenta
de la República.
Con esta medida 1.298.383
empleados y 98.985 jubilados dejarán de pagar Ganancias, lo que hace un total
de 1.497.368 personas. Eso implica que del total de trabajadores
que no están alcanzados por el impuesto se incrementó a un 89,8 % (8.382.390
personas), porcentaje que se eleva al 99,3 % de los jubilados (5.975.623
personas). En función de esto, el Estado nacional dejaría de recaudar 4.495
millones de pesosen concepto de impuesto a las ganancias.
Ante esto se abre una
nueva discusión por ver qué sector contribuirá a suplir esta falta de ingresos
al fisco, teniendo en cuenta que dejaría un vacío monetario más que importante.
La medida, se presume,
llevaría al gobierno a gravar a sectores tales como la minería,
actividad que sólo tributa, en concepto de derechos de exportación, entre el 5%
y 7% de los productos que vende al exterior.
Sin embargo, las empresas
mineras tienen garantizada la estabilidad impositiva por ley, por lo que
seguramente reclamarían ante cualquier intento de aumentar la carga tributaria.
De aquí la importancia de contar con una nueva legislación en la materia y la
consecuente derogación de la reglamentación menemista.
Para entender qué estamos
hablando, téngase presente que “...en base a las exportaciones de minerales del
año pasado que no superaron los u$s 5.000 millones, cada punto de aumento de
los derechos significaría unos u$s 50 millones equivalentes a $280
millones”. (1)
Otros sectores también
podrían recibir mayores gravámenes: el turismo al exterior, por
ejemplo.
El día viernes 06/09 se
avanzó en el Congreso con el proyecto presentado por el oficialismo que busca
gravar la renta financiera –acciones, títulos públicos,
utilidades y dividendos–. Este último, es el que mayores ganancias ha obtenido
en los últimos diez años. “Lo más importante de este proyecto es que sale de la
mesa de diálogo con representantes de los sectores de la industria, los
banqueros y los sindicatos”, aseguró Echegaray.
El funcionario destacó
que con los dos gravámenes podrán obtenerse 2.400 millones de pesos en el
período septiembre-diciembre, que cubrirán parte del costo fiscal producto de
la suba del mínimo no imponible. El diputado nacional Héctor Recalde calificó
como "histórica" la decisión del Congreso Nacional de darle media
sanción a los impuestos que gravan la renta financiera.
Sin embargo, hay
personajes como Hugo Moyano o Julio Cobos que irresponsablemente plantean la
“cuestión ganancias” sin decir de cómo debe financiar el Estado el “costo
fiscal” que representa la elevación del mínimo no imponible.
Si no se dice como
pagarlo, tácitamente se promueve la desfinanciación del Estado, y por ende, la
entrega de la Argentina en manos del capital financiero extranjero, vía
endeudamiento externo, como ocurrió con Videla, Menem y De la Rúa.
Sociedad igualitaria
En el capítulo 10 de
libro II de El Contrato Social, Rousseau escribe: “En lo que hace a la igualdad
(…) respecto a la riqueza, ningún ciudadano debe ser tan opulento como para
poder comprar a otro y ninguno tan pobre como para verse obligado a venderse”.
En este sentido, una
sociedad más igualitaria conlleva una necesaria y esperada reforma tributaria,
donde quienes más ganan sean quienes más contribuyan y los ingresos del Estado
dejen de basarse en el IVA, quizá el más regresivo de los impuestos, pues
tributa lo mismo el dueño de Acindar que cualquier ciudadano de a pie cuando
compran un producto o servicio.
Aunque la reforma
tributaria con sentido nacional es una deuda pendiente, no hay que olvidar que
sólo el kirchnerismo defendió las retenciones a las exportaciones y ahora
modifica Ganancias, a diferencia de la oposición antinacional que busca la
indefensión del Estado argentino. El camino es honrar lo planteado por Kirchner
– y otros tantos argentinos - hace diez años.
Por:
Hernán Ramón
Nota
publicada en www.rinacional.com.ar