Ha sido este el tema al que mayor atención han puesto los medios de comunicación en las últimas semanas. Al igual que de numerosos economistas, analistas financieros y opinólogos de diverso tipo. Las recetas para corregir el problema pueden diferir (así como la explicación de las causas) pero se coincide en que la coyuntura argentina está mostrando ciertas dificultades: la caída de reservas del Banco Central. La misma se debe resolver ya que influye en la marcha inmediata de la economía.
Esta semana, las reservas del Banco Central, que comenzaron el año en U$S 43.278 millones, perforaron el piso de los U$S 33.000 millones tras haber bajado más de 10.000 millones de dólares en lo que va de 2013. Uno de los principales logros económicos de Argentina, luego del default, fue el constante aumento de sus reservas internacionales que, gracias al crecimiento económico, llegaron a superar los US$52.000 millones a comienzos de 2011.
La merma de las reservas internacionales (RIs), atiende a diversas causas. Mencionamos las de mayor relevancia, dejando algunos fuera de consideración por razones de espacio y de claridad expositiva.
“La caída de las reservas es el principal problema de la economía en la actualidad. En la sostenibilidad del proceso económico, la merma de las reservas es el principal riesgo”, sostuvo el economista Andrés Asiain integrante de la Cátedra Nacional de Economía “Arturo Jauretche”.
Asiain marca como una de las principales causas en el drenaje de las reservas de la autoridad monetaria al déficit energético y de otros sectores, como el automotriz y el electrónico. Éstos necesitan dólares para pagar compras en el extranjero.
Siguiendo con su análisis agrega que si en el mediano término el gobierno de Cristina logra transformar la dinámica de la industria hidrocarburífera, (de la mano de un incremento en la producción doméstica), los sectores automotriz y electrónico, es posible “aliviar” el goteo de las reservas e incluso revertir del drenaje.
El déficit del sector energético en 2013 fue de US$ 6800 millones, de allí la importancia de recuperar la soberanía energética y el autoabastecimiento. En este sentido, continúa el ingreso de dólares correspondiente a la inversión comprometida por la petrolera Chevron tras el acuerdo suscripto con YPF. Sumándose también nuevos acuerdos con otras empresas. Lo cual tenderá a acelerar el proceso de aumento de la producción local.
Otro de los principales responsables de esta merma es el turismo,actualmente una de las principales fuentes de transferencia de divisas. Según el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, más de US$10.000 millones se fueron por esta vía en el último año.
Quienes viajan al exterior pueden adquirir moneda extranjera y pagar sus gastos de tarjeta de crédito al valor del dólar oficial. El mismo osciló durante el último año entre los 5 y los 6 pesos argentinos, aproximadamente. Se trata de una cifra mucho más baja que la del dólar informal, que duplicó su valor entre 2012-2013 y se mantiene por encima de los 9 pesos.
Para intentar contener el fenómeno, el gobierno impuso a fines de 2012 un recargo del 15% sobre los gastos en el exterior. En marzo de este año aumentó la cifra al 20% y a principios de diciembre el recargo se elevó al 35%.
Para intentar contener el fenómeno, el gobierno impuso a fines de 2012 un recargo del 15% sobre los gastos en el exterior. En marzo de este año aumentó la cifra al 20% y a principios de diciembre el recargo se elevó al 35%.
No crea el lector, que cuando hablamos de “turismo” estamos hablando propiamente de simples viajes de placer solamente. De lo que aquí se trata es de una importación encubierta por quienes compran en el exterior para luego insertar los productos en el mercado interno.
Eso a su vez nos permite entrever otro perjuicio para el país, no menor que el drenaje de divisas. Estas importaciones encubiertas socaban el desarrollo industrial del país, tan necesario para el desarrollo endógeno. Quizá a partir de esto, se comprenda la importancia de estas medidas que no son, como dice Clarín o la Nación, “medidas que coartan la libertad de las personas”.
Por último, debemos resaltar como otra de las causas de la caída de la RIs a la política de desendeudamiento de los últimos diez años. Sólo por mencionar, en 2013 el pago de la deuda pública alcanzó los US$5.000 millones.
Previo a esto, el monumental endeudamiento heredado por gobiernos anteriores impedía llevar adelante cualquier política económica de manera soberana. Nuestro ministro de economía, como sabemos, debía ser un sumiso reproductor de las medidas que el FMI diseñaba para la Argentina.
¿Qué pretendía el FMI de la Argentina? Como en el célebre drama de Shakespeare, lo que el FMI reclamaba a nuestro país era la “libra de carne”. Y con ello su futuro, soberanía, independencia, etc. A partir de la política de desendeudamiento esto se revirtió y el país ganó en soberanía. Para continuar con este proceso es fundamental contar con RIs.
Hemos mencionado hasta aquí, las principales causas del drenaje de divisas pero a su vez las principales medidas del gobierno nacional en este sentido. Más allá del miedo infundido por la “prensa independiente” saludamos las medidas que apunten a recuperar las divisas, de la mano de nuestra soberanía.