orge Bergoglio ha planteado en distintas intervenciones públicas, hechas desde el Episcopado de Buenos Aires, posiciones sobre diversos temas de la res pública. Aquí, algunas declaraciones que nos permiten entrever el pensamiento político del actual Papa argentino y peronista.
Ilustración de Marman
Fuente: http://marmanilustraciones.blogspot.com.ar/2013/03/caricatura-de-jm-bergoglio-papa.html
“Queremos ser nación” (Documento del plenario episcopal del año 2001)
Los obispos reunidos, en aquel negro año para los argentinos, analizaban la crisis en que se encontraba el país. Bergoglio sostenía que: “Ahora cunde la ideología contraria: el envilecimiento del Estado, propio del más crudo liberalismo. Alarmados por los peligros del estatismo, se procedió a vender las empresas del Estado, pero sin un diseño racional del mismo. No se tuvo suficientemente en cuenta que éste es un instrumento creado para servir al bien común, y para ser el garante de la equidad y de la solidaridad del entramado social”. Criticando así, el achicamiento del Estado y el saqueo de las empresas públicas a partir de las privatizaciones.
Lo cual ha traído como resultado que “el comienzo de este milenio nos encuentra con una pesada carga, que hemos llamado 'deuda social' o 'la gran deuda de los argentinos', que grava el futuro de nuestro pueblo”.
Por otro lado sostenía que “en la crisis que vivimos se suman múltiples factores, propios y ajenos, entre los que se destaca la muy pesada deuda externa, que aumenta cada día más y nos dificulta crecer”. Criticando así uno de los principales factores del modelo del 76 a De la Rúa, el endeudamiento externo devenido en deuda pública y sus consecuencias sociales y económicas.
“Una Apuesta por América Latina”
En el prologo escrito por Bergoglio al libro de Guzmán Carraquiry, da cuenta de su visión latinoamericanista y su apuesta por la integración de la Patria Grande.
“Se trata de recorrer las vías de la integración hacia la configuración de la Unión Sudamericana y la Patria Grande Latinoamericana. Solos, separados, contamos con muy poco y no iremos a ninguna parte. Sería callejón sin salida que nos condenaría como segmentos marginales, empobrecidos y dependientes de los grandes poderes mundiales”.
Por otro lado, destaca la necesidad de afrontar nuestros problemas desde un punto de vista situado en la realidad latinoamericana sin pedir prestadas ideologías foráneas para analizarla. Sostiene que “Los desafíos de la realidad latinoamericana no se pueden afrontar ni resolver reproponiendo viejas actitudes ideológicas tan anacrónicas como dañinas o propagando decadentes subproductos culturales del ultraliberalismo individualista y del hedonismo consumista de la sociedad del espectáculo”
Aquellas ideologías que amenazan nuestro desarrollo las describe de la siguiente manera:
“La solidez de la cultura de los pueblos americanos está amenazada y debilitada fundamentalmente dos corrientes del pensamiento débil:
“Una, la concepción imperial de la globalización… que constituye el totalitarismo mas peligroso de la posmodernidad”
“La otra corriente amenazante… el ‘progresismo adolescente: una suerte de entusiasmo por el progreso que se agota en las mediaciones, abortando la posibilidad de un progreso sensato y fundante relacionado con las raíces de los pueblos”.
De aquí que el camino sea la integración de la Patria Grande, cultural y económica, para la realización plena de la independencia de nuestros pueblos.
“Una justa regulación de la economía”
En el encuentro que mantuvo la presidenta Cristina Fernández con el reciente electo Papa Francisco, este último le regaló un libro en el marco de un almuerzo protocolar que compartieron. El texto es la conclusión de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano realizado en 2007 y presidido por Bergoglio.
En dicho documento sostiene que “trabajar por el bien común global es promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial”.
Además pide “proseguir en el desendeudamiento externo para favorecer las inversiones en desarrollo y gasto social”, y considera la necesidad de “prever regulaciones globales para prevenir y controlar los movimientos especulativos de capitales, para la promoción de un comercio justo y la disminución de las barreras proteccionistas de los poderosos”.
“Las Malvinas son argentinas”
Al finalizar el lavado de pies de 12 internos de la Unidad penitenciaria del Hospital neurosiquiatrico Borda, el 1 de abril de 2010, el entonces arzobispo de Buenos Aires dialogó con los periodistas presentes y, en el marco del 28º aniversario de la Guerra de Malvinas, aseguró: “Las Malvinas son nuestras”.
Además, ese mismo día, el actual Papa pidió no olvidar a los ex combatientes de Malvinas, a los que se refirió como los que "regaron con sangre el suelo argentino".
En esa misma línea, en 2012, durante una misa en conmemoración a los 30 años del conflicto bélico de 1982, el entonces arzobispo manifestó: "Venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria que salieron a defender a su madre, la Patria, a reclamar lo que es suyo de la Patria y les fue usurpado” (Telam).
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Por sus dichos podemos observar la visión que tiene Francisco y de allí la importancia que tiene su figura a nivel mundial para el acompañamiento del proceso de integración que vive Nuestra América.
“O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol”. (Mat. 12:33)
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