viernes, 16 de septiembre de 2011

El mito brasilero

La prensa independiente

El afán de la “prensa independiente” es la comparación de la Argentina con otros países del mundo. Innumerables páginas se han escrito al respecto, y siempre citando lo que se hace afuera como ejemplo de lo que hay que hacer adentro. Antes, la comparación era con los países europeos (Inglaterra, Irlanda, Suecia, Alemania, Francia, etc.) y Estados Unidos, claro que, ahora (crisis mediante) no son más que un ejemplo de lo que no hay que hacer. Como se ha devaluado la imagen de éstos, el diario “La Nación”, Clarín y Los Andes (propiedad del anterior) nos dan como ejemplo a seguir: Chile y Brasil. Se trata sencillamente, de desprestigiar al Gobierno Nacional y de hacernos creer que aquí todo está mal y afuera se encuentra la solución. Siempre que lo hicimos, así nos fue… 

Independientemente de que no son lo mismo los países centrales que nuestros vecinos países, la realidad nos indica que, éstos aun tienen algunas deudas pendientes que nosotros hemos podido resolver. La Argentina debe seguir su rumbo hasta aquí transitado, retomando donde habíamos dejado (la gran década) y fortaleciendo día a día el proceso de integración regional con nuestros compatriotas suramericanos. Ésta, es la única salida para evitar que los países centrales trasladen su crisis hacia estas costas.

Como dijo Arturo Jauretche: “Los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías (…) el libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden”.

El ejemplo que nos proponen…

Contar con empresas estratégicas como Petrobras o Embraer, con sectores industriales importantes (paulistas) y con una herramienta de financiamiento fundamental como el Banco Nacional de Desenvolvimiento, son grandes méritos del país vecino. También es cierto que el gobierno de Lula obtuvo logros significativos respecto a la reducción de la pobreza y el analfabetismo. Sin embargo, el “modelo brasileño” no ha podido saldar viejas deudas pendientes.

En primer lugar, el elevado crecimiento que ostentó el PBI brasileño durante varios años se fue debilitando en los últimos tiempos. Actualmente, su PBI per cápita ronda los 10.400 dólares, medidos en paridad de poder adquisitivo (la Argentina ronda los 14 mil dólares). El director del Buenos Aires Económico, analiza que: “La política monetaria brasileña ha beneficiado fuertemente a las colocaciones financieras en desmedro de las actividades productivas. Los rendimientos financieros representan alrededor del 7 al 8 por ciento del PBI, que equivale al 50 por ciento de la tasa de acumulación del capital productivo”. En ese mismo sentido, Reinaldo Goncalves, profesor de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro sostiene que las políticas aplicadas generaron una importante transferencia de renta desde el conjunto de la población hacia el sector financiero. “Ese mecanismo inhibe el crecimiento económico en la medida en que transfiere renta de grupos sociales con elevada propensión a gastar (trabajadores) para un grupo minoritario de rentistas del capital financiero”.

Por otro lado, Brasil es uno de los países más desiguales del mundo. El 10 por ciento de los brasileños con mayores ingresos se queda con el 42,7 por ciento de la renta total, mientras que el 10 por ciento con menores ingresos apenas reciben el 1,2 por ciento de la riqueza.

Real-mente bajo el dólar
Uno de los temas que más ha trascendido en la última semana, es que el dólar en Brasil bajó hasta 1,53 real. De esta manera la cotización del dólar, en el país vecino, alcanzó su valor más bajo desde 1999. A través de elevadas tasas de interés (12%), el Banco Central brasileño incentiva el ingreso de capitales especulativos que presionan a la baja el valor del dólar y deterioran el desarrollo productivo-exportador de la economía. Esta apreciación del tipo de cambio real conduce a la reprimarización y desindustrialización de la estructura productiva, que ya empieza a mostrar sus consecuencias. Según Tomás Lukin, en Página/12, La cuenta corriente del país vecino es deficitaria. El resultado negativo ascendió entre enero y mayo hasta 22 mil millones de dólares, aunque no existen problemas de financiamiento por la fuerte entrada de capitales. Además, una parte del impacto de la apreciación cambiaria sobre la estructura productiva es atenuada por las tasas subsidiadas para la exportación que ofrece el banco de desarrollo y la vigencia de los estímulos fiscales y estaduales”.
Como influye en la Argentina

En nuestro país, a diferencia de Brasil, la decisión del gobierno es evitar este tipo de medidas macroeconómicas. Por eso lleva a cabo continuos aumentos de cotización del dólar que permiten tener una moneda competitiva (el valor del dólar se ubica en 4,17 pesos) y de esta manera mantener superávit comercial, por un lado, y un continuo aumento de la producción. La política monetaria del Banco Central y el freno hacia algunas importaciones, evitan que sea más barato importar que producir. Esto, mantiene y genera puestos de trabajo a partir del desarrollo industrial y permite exportar valor agregado.

La persistente apreciación de la moneda del principal socio comercial de la Argentina (le vendemos casi la mitad de las exportaciones industriales) favorece la competitividad cambiaria local. Entre 2005 y 2010 la proporción de las exportaciones totales que fueron a Brasil subió de 15,7% a 21,3%, y en el caso de las manufacturas de origen industrial (MOI) pasó de 30,7% a 42%” asegura el economista Abel Viglione.

En el marco de una fuerte crisis mundial, el Gobierno Nacional sigue manteniendo medidas en defensa de la producción y del trabajo de los argentinos. Sin importar modelos de afuera y haciendo las cosas a lo criollo. Como corresponde.   Dejando de lado, lo que nos proponen los grandes medios cuya opinión, a la vez es intención, defiende intereses que están en la vereda de enfrente del pueblo argentino.  Sabido es que: No existe la libertad de prensa, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa”.


H.N.R.

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