jueves, 6 de marzo de 2014

Los profetas del odio: de Venezuela a la Argentina


Los profetas del odio: de Venezuela a la Argentina
En el día de ayer el vendepatria canal de noticias TN, perteneciente a Clarín, reprodujo una editorial del periódico imperialista New York Times en el cuál, como ya lo viene haciendo desde hace unas semanas, predica su terrorismo mediático contra el país.
 No es de sorprender que un medio al servicio de los intereses financieros globales ataque al país. No es para nada novedoso. Tampoco nos alarma su desenfrenado acerbo contra el peronismo. Ya, a mediados de siglo pasado (según archivos desclasificados de la CIA), el Departamento de Estado había manifestado que su principal preocupación respecto de lo que consideraban “la principal amenaza en el continente para los intereses de Estados Unidos”, era el gobierno del Gral. Perón (nótese que no era Cuba) el cual se encargaron de voltear tiempo después.
El noticiero de Clarín, es decir de Noble y Goldman Sachs, reproduce la nota presentándola como una opinión del “prestigioso diario norteamericano”. Así es como califica a su homónimo golpista, casi celebrando este atentado mediático contra el país. Defienden los mismos intereses.
Les preocupa que la Argentina se convierta en Venezuela, dice el Times y lo mismo Clarín y la Nación. Es decir, que siga tomando medidas de tinte nacional-democrático-popular (PERONISTAS), tendientes a la integración suramericana .
“Argentina, dice la editorial, es un caso perverso en sí mismo. Se trata de una nación todavía narcotizada por ese quijotesco brebaje político llamado peronismo”.
De esta manera discurre la información en nuestro país, de la mano del imperialismo y los golpistas de siempre. “Ladran Sancho… señal que cabalgamos”.
A continuación reproducimos la nota completa: 
Llora por mí, Argentina
Una ocurrencia que recorre los pasillos de la Sudamérica post-boom de los "comodities" dice que Brasil está en proceso de convertirse en Argentina, Argentina está en proceso de convertirse en Venezuela, y Venezuela está en proceso de convertirse en Zimbabwe. Eso es un poco duro para Brasil y Venezuela.
Argentina, sin embargo, es un caso perverso en sí mismo. Se trata de una nación todavía narcotizada por ese quijotesco brebaje político  llamado peronismo; involucrada en una guerra total contra los datos económicos fiables; jugueteando con su tipo de cambio multinivel; excluida de los mercados de capitales globales; pisoteando los derechos de propiedad cuando lo desea; obsesionada con una perdida pequeña guerra en las Malvinas   hace más de tres décadas, y convencida de que la causa de todo este fracaso recae en los poderes especulativos que buscan forzar a una nación orgullosa -en palabras de su líder- "para volver a comer sopa de nuevo, pero esta vez con un tenedor " .
Hace un siglo, Argentina era más rica que Suecia, Francia, Austria e Italia. Era mucho más rica que Japón. Despreciaba al pobre Brasil como inferior. Vasta y vacía, con el suelo más rico del mundo en la Pampa, le pareció a los inmigrantes europeos que la inundaron que contaba con todo el potencial de los Estados Unidos (el ingreso per cápita es ahora un tercio o menos del norteamericano). Ellos no sabían que un coronel llamado Juan Domingo Perón y su esposa Eva ( "Evita" ) daría forma al "ethos" de un poder delirante.
"Argentina es un caso único de país que ha completado la transición hacia el subdesarrollo", dijo Javier Corrales, politólogo de la Universidad de Amherst .
En términos psicológicos -y Buenos Aires está lleno de gente en sillones derramando su angustia a los psicoterapeutas- Argentina es, entre las naciones, el niño que nunca creció. La responsabilidad no era lo suyo. ¿Por qué debería serlo? Había tanto para ser saqueado, tantas riquezas en grano y ganado, que las instituciones sólidas y el imperio de la ley -por no hablar de un sistema de impuestos que funcionara - parecía una pérdida de tiempo.
Los inmigrantes llegaron a la Argentina con pasaportes extranjeros en lugar de ser absorbidos por el país como sucede en Brasil o Estados Unidos. Argentina estaba muy lejos en la parte inferior del mundo, una masa de tierra fértil lo suficientemente distante de los centros de poder para vivir sus propias fantasías periféricas o ahogar su pena en la que es probablemente la danza más triste (e hipnótica) del mundo. Luego, para dar expresión a su singularidad , Argentina inventó su propia filosofía política: una extraña mezcolanza de nacionalismo, romanticismo, fascismo, socialismo, conservadurismo, progresismo, militarismo , erotismo, fantasía, musical, desconsuelo, irresponsabilidad y represión. El nombre que se lo dio a todo esto fue peronismo . Ha resultado imposible de hacerlo cambiar.
Perón, el militar que descubrió el beneficio político que podría derivar de la creación de vínculos con los desposeídos de América Latina y la distribución de dinero en efectivo (una lección absorbida por Hugo Chávez), fue depuesto en el primero de los cuatro golpes de la posguerra. La Argentina que cubrí en la década de 1980 estaba emergiendo del trauma del régimen militar. Si tengo una sola imagen emblemática del continente, es de los sollozos incontrolables de las mujeres argentinas aferradas a las fotografías de los niños que habían sido arrebatados por los militates para un " breve interrogatorio ", sólo para desaparecer . Las Juntas militares de la región convirtieron "desaparecer " en un verbo transitivo. Es lo que hicieron con los que consideraban enemigos - 30.000 de ellos en Argentina .
Desde 1983, Argentina ha cesado su latigazo cívico-militar, juzgó a algunos de los autores de crímenes contra los derechos humanos y ha gobernado democráticamente. Pero la mayor parte de ese tiempo ha sido dirigido por los peronistas, más recientemente por Néstor Kirchner y su viuda, Cristina Fernández de Kirchner (reminiscente de la viuda de Perón, Isabel) , que han vuelto a descubrir la redistribución después de un aluvión peronista neoliberal en la década de 1990. El latigazo económico está vivo y en buena forma, al igual que el gasto imprudente en los buenos tiempos y las medidas fuera de la ley en los malos. También en saludable forma las evocaciones cursis de Perón y Evita e Isabel: En la tierra como en los cielos .
Llora por mí, mi nombre es Argentina y soy demasiado rica para mi propio bien.
Hace veinticinco años, me fui de un país de hiperinflación ( 5.000 por ciento en 1989 ), fuga de capitales, inestabilidad monetaria, intervencionismo estatal de mano dura, disminución de las reservas, la industria no competitiva, fuerte dependencia de las exportaciones de materias primas,  algo que reaviva fantasías peronistas y un complejo de sentirse en el fondo del mundo. Hoy la inflación es alta y no híper. Fuera de eso, no mucho ha cambiado.
Cuando arribé a Ushuaia,en el extremo sur de Argentina, lo primero que vi fue un cartel diciendo que las islas " Malvinas" estaban bajo la ocupación ilegal por parte del Reino Unido desde 1833. Lo segundo fue un cartel diciendo que Irlanda se encontraba a 13.199 kilometros de distancia (sin mención de Gran Bretaña ). Lo tercero fue un paquete de galletas "hecho en Ushuaia, el fin del mundo". La cuarta era una calculadora de bolsillo utilizado por un comerciante para averiguar las tasas dolar-peso.
La esperanza es difícil de desterrar del corazón del hombre, pero tiene que ser dicho que Argentina hace todo lo posible para hacerlo.

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