martes, 27 de diciembre de 2011

NICARAGUA Y “EL FUTURO INVASOR”

La zona del Caribe nunca logro ser controlada totalmente por España mientras estas fueron colonias, a diferencia del resto de la América criolla, por lo que fue presa de una barbarie aun peor producto de fuerzas centrifugas internas y una asechanza continua de potencias coloniales como Gran Bretaña y EE. UU.

Tanto las oligarquías portuarias como la intromisión imperialista han usufructuado las riquezas de las viejas “Provincias Unidas de Centro América” a tal punto, que aún hoy estás “provincias” devenidas en repúblicas siguen sin poder controlar soberanamente sus recursos.

De los filibusteros a los marines

Todo el siglo XIX en Nicaragua fue una sucesión de rivalidades y conflictos entre liberales y conservadores. Los liberales tenían su asiento en la culta ciudad de León (sede de la Universidad), mientras los conservadores hacían de Granada su feudo económico y comercial.


A mediados de siglo se descubrió oro en California y miles de aventureros se lanzaron a su búsqueda en lo que se ha dado en llamar "fiebre del oro". La afluencia de viajeros por el continente en busca de riquezas, originó la fundación de la llamada Compañía del Transito, propiedad del infame Cornelius Vanderbilt, un pirata que financiaba aventureros que saqueaban las riquezas de distintos países y que contaba con ejércitos mercenarios capases de someter a ciudades enteras para luego despojarlas de sus riquezas.


Las rivalidades entre conservadores y liberales y las apetencias de Vanderbilt, junto con la ambición de unos aventureros sin escrúpulos propiciaron la invasión filibustera de Nicaragua. En 1855 un aventurero llamado William Walker fue llamado por  los liberales de León para participar en su guerra contra los conservadores (los sectores reaccionarios como esta oligarquía culta llamaban a un libertador yanqui, luego de haber enfrentado a patriotas criollos como Morazán, Bolívar y el General Barrios que lucharon por la unión nacional, facilitando la expoliación extranjera a sus socios del norte). Walker llegó a Nicaragua con 56 mercenarios (conocidos como "filibusteros") y al poco tiempo se había apoderado del país haciéndose nombrar presidente, “este delincuente de género extraordinario tenía arrestos de matamoros, sabiéndose respaldado por la Casa Blanca (1). En el transcurso de la guerra Granada fue arrasada, se instituyó la esclavitud (con la idea de incorporar Nicaragua a los Estados Unidos como un estado esclavista más) y se declaró el inglés como idioma oficial de Nicaragua.


Los hermanos América Central reaccionaron al llamado de la Patria Grande y en 1857 Walker fue derrotado. Una nueva expedición de Walker en 1860 fracasó y poco tiempo después fue ajusticiado por el gobierno hondureño. “Vencido, llegó en compañía de sus acólitos a Nueva Orleáns, donde fueron recibidos como héroes nacionales. En realidad, lo eran. Intentó luego por tres veces invadir Centroamérica. A la tercera, fue capturado por una fragata inglesa, entregado a las autoridades hondureñas, juzgado y fusilado en 1860. ¡Rara victoria de la justicia! Siempre aparece en el horizonte de todo conflicto, por lo demás, una oportuna fragata del Imperio. Sobre todo si se trataba, como en este caso, de moderar el excesivo apetito de Estados Unidos” (2).   

Zelaya y la segunda invasión

Los ingleses instituyeron un auténtico protectorado en la costa del Pacífico e incluso se llegó a proclamar, por su interpósita un “rey Miskito” (los miskitos eran una tribu originaria cipaya que comerciaba desde los tiempos de la colonia con los ingleses, estos nativos oponían sus intereses comerciales incluso a costa de su propio territorio).


El presidente José Santos Zelaya, llegó al poder en 1893 y recuperó la costa del Pacífico para el país y depuso al llamado "rey Miskito". Sin embargo, pronto chocó con los intereses norteamericanos que organizaron en 1909 una trama para derrocarlo del país. Para desgracia de Zelaya y de los nicaragüenses, su país era escenario de la disputa por las riquezas de América por parte de las principales potencias de la época.


Los marines norteamericanos invadieron el país y en los años siguientes la política nicaragüense fue dirigida completamente por el “gran hermano del Norte”. Los marines permanecieron en Nicaragua hasta 1925, pero regresarían en 1927. 


Sandino y la lucha por la liberación


Para tener conciencia de cómo la jactancia del imperialismo norteamericano no ha encontrado límites en Latinoamérica vale mencionar un hecho concreto, para muestra sobra un botón: En 1783 Estados Unidos poseía 2.308.845 kilómetros cuadrados. En 1945, por compra, conquista u otros medios, había llegado a 12.106.783 kilómetros cuadrados.


Pero la intromisión en forma directa (marines) no siempre se dio de manera “ilegal”. En 1911 Nicaragua se encontraba tan endeudada con la banca norteamericana que destinaba todas sus rentas estaduales al pago de la deuda externa. En diciembre del mismo año, Washington instaló como presidente de Nicaragua a un ex empleado de La Luz and Los Ángeles Mining Company, llamado Adolfo Díaz. Una vez en el poder, Díaz suscribió un Tratado con Estados Unidos en el que permitía la intervención de los marines en Nicaragua. Lo cual se hizo efectivo un año más tarde. La ocupación militar duró de forma permanente hasta 1933, garantizando buenos negocios a los banqueros de Walt Street. 


Sandino era un obrero que había estado trabajando en las plantaciones de banano y caña de azúcar de Honduras y Guatemala y en las empresas petrolíferas de México. Con algunos ahorros producto de su trabajo volvió a Nicaragua y compró armas para intervenir en el conflicto interno entre liberales y conservadores. Sandino no aceptó nunca el Tratado firmado por Díaz y mantuvo una lucha sin cuartel para liberar Nicaragua de los marines norteamericanos. Su “pequeño ejército loco” mantuvo en jaque durante varios años a las tropas yanquis y finalmente fue necesario que éstas se retiraran y dejaran en su lugar a un cuerpo recién formado: la Guardia Nacional (una especie de ejército cipayo defensor de los intereses anti-nacionales).


Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional urdió en 1934 un complot para asesinar a Sandino y hacerse con el poder. En 1936 derrocó al presidente Sacasa y se proclamó presidente tras unas elecciones llenas de irregularidades celebradas en 1937. A partir de este año, Somoza dirigió el país con mano de hierro, reformó la constitución y se alió con los Estados Unidos, país que apoyó su régimen dictatorial.

Acumuló tierras y riquezas y se hizo dueño de algunas de las empresas más productivas del país. Este militar no renegaba de sus posesiones, cuando fue preguntado acerca de la cantidad de fincas que poseía no dudo en decir: “que yo sepa sólo tengo una finca y se llama Nicaragua”. Con esta misma soberbia oligárquica los Somoza gobernaron Nicaragua hasta 1979.


Daniel Ortega y el FSLN


En 1962 Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de la familia Somoza. Fue en junio de 1979, Fonseca ya había muerto en manos de la Guardia Nacional, que los sandinistas celebraron el triunfo de su revolución.


Se formó una junta de 5 miembros para administrar el país y Daniel Ortega, un comandante sandinista, fue nombrado coordinador. Se anuló la constitución somocista y se inició la obra de reconstrucción del país. Se llevó a cabo una intensa campaña de alfabetización, se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza y de sus más importantes colaboradores. Se dieron los primeros pasos para mejorar la atención sanitaria y para llevar a cabo una reforma agraria. El proyecto sandinista no pasaba por el reparto indiscriminado de tierras a los campesinos, sino por el agrupamiento de éstos en cooperativas de trabajadores. Por otra parte, muchos nicaragüenses afines a Somoza emigraron  a Miami donde constituyeron, junto con los cubanos exiliados, un poderoso grupo de influencia en la política norteamericana.


Una parte importante de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica y, ayudada y financiada por Estados Unidos, inició una guerra contra el gobierno sandinista. En el curso de esta guerra las atrocidades fueron enormes y los recursos dedicados a la misma cada vez eran mayores. Las cooperativas de campesinos fueron el blanco preferido de los contrarrevolucionarios.  


La guerra dificultaba las comunicaciones, consumía recursos ingentes y ocasionaba una gran escasez en el país. El gobierno de Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de la Haya y requerido, sin éxito, para que cesase en su guerra de agresión contra Nicaragua. En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas atentamente por observadores internacionales y Daniel Ortega fue elegido presidente. 


La guerra de agresión continuó y en 1985 los Estados Unidos decretaron un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contra cuando se descubrió que la CIA vendía armas a Irán (contraviniendo el bloqueo decretado por las Naciones Unidas) y con el dinero obtenido apoyaba a la "contra" nicaragüense. También se descubrió el pago de armas con cocaína  y el desvío de armamento supuestamente destinado a otros países hacia la "contra" nicaragüense.


Para financiar la guerra, el gobierno sandinista recurrió a la devaluación de la moneda, el pobre país se veía sometido a una guerra desigual y dedicaba a veces hasta la mitad de su presupuesto a la guerra. La perfidia yanqui impedía así, que muchos nicaragüenses pudieran comer todos los días.


La intervención de otros países, en el marco de unos acuerdos de paz globales para la región (en aquella época había conflictos armados en Guatemala y El Salvador) se tradujo en la celebración de nuevas elecciones en 1990 que, contra todo pronóstico, fueron ganadas por una coalición derechista, la UNO (Unión Nacional Opositora).


Se puso en marcha un duro plan de ajuste económico que logró, mediante un cambio en la moneda, contener la inflación galopante, a costa de hundir en la miseria a amplias capas de la población. De esta manera, Nicaragua se sumaba a los países de la región en sintonía con el Consenso de Washington.


De Rubén Darío a Daniel Ortega


Tras haber ganado las elecciones en 2006 y 2011, Daniel Ortega a puesto a Nicaragua en su senda histórica y hoy forma parte de la ola americanista que recorre el continente. La CELAC es el ámbito natural para que los países miembros encontren el destino común que nos libre definitivamente “del futuro invasor”, que se encuentra como siempre sediento de recursos que forman parte y pertenecen soberanamente a la Nación Latinoamericana.

¡Es con voz de la Biblia, o verso de Walt Whitman,
que habría que llegar hasta ti, Cazador!
Primitivo y moderno, sencillo y complicado,
con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.
Eres los Estados Unidos,
eres el futuro invasor
de la América ingenua que tiene sangre indígena,
que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy.
Y domando caballos, o asesinando tigres,
eres un Alejandro-Nabucodonosor.
(Eres un profesor de energía,
como dicen los locos de hoy.)
Crees que la vida es incendio,
que el progreso es erupción;
en donde pones la bala
el porvenir pones.
No.

Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.
Si clamáis, se oye como el rugir del león.
Ya Hugo a Grant le dijo: «Las estrellas son vuestras».
(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol
y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos.
Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;
y alumbrando el camino de la fácil conquista,
la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida,
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del gran Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América
que tiembla de huracanes y que vive de Amor,
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios! (3)


NOTAS:

(1) Jorge Abelardo Ramos “Historia de la Nación Latinoamericana
(2) Jorge Abelardo Ramos “Historia de la Nación Latinoamericana
(3) Rubén Darío “A Roosevelt” 

jueves, 22 de diciembre de 2011

De Panamá al Canal de Panamá

Esta es una nota de una serie de documentos y trabajos que estamos dispuestos a presentarle al lector con el correr de los días, sobre la importancia de la CELAC.
Pretendemos desde aquí, poner sobre el tapete aquellas tradiciones político-socio-históricas que nos unen con el resto del continente y resaltar la importancia de este organismo que excluye al principal opresor de estos pueblos libres, EE. UU. Y exponer una serie de notas referidas a cada país integrante del mismo.

“Somos un país porque fracasamos en integrar una Nación” decía Ramos, quizás la historia 200 años después nos de revancha.


200 años de intromisión norteamericana

Panamá formaba parte de Colombia cuando el ingeniero francés Fernando de Lesseps, que había dirigido la construcción del Canal de Suez, decidió abrir a través del istmo que une América del Sur y América Central, una vía para enlazar los océanos a ambos márgenes de esta tierra. Iniciadas las obras en 1881, el proyecto de este ambicioso francés se desmoronó. No obstante, despertó una ambición aún mayor en un representante de la política expansionista del imperialismo yanqui.


Theodoro Roosevelt, quien se jactaba con soberbia al decir su célebre frase: “Yo tome Panamá”. A comienzos del siglo XX exigió a Colombia la firma de un tratado que ponía lisa y llanamente al istmo en manos de un consorcio norteamericano. La rústica diplomacia yanqui era menos sutil que en la actualidad. Ante la negativa de los colombianos en 1903, Roosevelt envió tropas a Colombia y resolvió la independencia de Panamá. Al fracaso del ideal bolivariano en pos de la unión, le seguía el desmembramiento.

Quedó de esta manera un gobierno títere que firmo el primer Tratado del Canal. Establecía el control total del mismo por parte de la milicia norteamericana y permitía la subordinación total del reciente país a Washington. Lo particular del caso, es que el tratado lo firman John Milton Hay, secretario de Estado, y Phillippe-Jean Bunau-Varilla, un ingeniero francés. En esencia, Panamá (o una parte de territorio colombiano) se independizó de Colombia producto de la intervención de Estados Unidos, el cual se hizo cargo de controlar el Canal.

Durante casi un siglo, Panamá estuvo gobernada por la oligarquía local vinculada a Washington, el cual supo recompensar a estos gobiernos que cedían su soberanía territorial a costa del pueblo panameño. Las familias ricas que “gobernaban” el país no dudaron en prestar colaboración a la CIA para sus actividades “anti-comunistas” en el hemisferio, como así también a grandes multinacionales como la Standard Oil de John D. Rockefeller y la United Fruit Company (más tarde adquirida por George H. W. Bush). Estados Unidos brindó protección a las familias dirigentes panameñas, que veían amenazados sus negocios cada vez que el pueblo intentaba librarse del sometimiento, interviniendo militarmente (una docena de veces desde su independencia hasta 1968).
La CIA y el Coronel del Pueblo

Omar Torrijos Herrera, Ingresa a la Guardia Nacional en 1952 y en 1966 es promovido a Teniente Coronel, encargado de la Secretaria General de la Comandancia. En la década del ’50 fue custodia de Juan D. Perón durante su exilio en Panamá en el cual entablaron su amistad. El 11 de octubre de 1968, en asocio de varios compañeros de armas, encabeza el golpe militar que depuso al funesto presidente Arnulfo Arias, iniciando una era de Gobierno que dejó como saldo significativo, logros a favor de las clases populares, destacándose entre ellos, la firma de los Tratados Torrijos–Carter que le pusieron fecha de vencimiento a la presencia del ejército norteamericano en Panamá y que obligaba a cerrar la Escuela de las Américas.

La corporatocracia internacional no podía tolerar semejante humillación por parte de este Coronel, que evitaba el ingreso de compañías norteamericanas en su territorio y que además expulsaba a las tropas yanquis del Canal tomando el control del mismo. Por primera vez en su historia los panameños podrían administrar sus recursos soberanamente.

Finalmente, la CIA derriba el avión en el que este viajaba, haciendo creer a la opinión pública mundial que había sido un “accidente” aéreo, según confiesa el arrepentido ex CIA, John Perkins.

Lo sucede Manuel Noriega, también Coronel del ejército panameño, quien se aviene a continuar la obra de su antecesor. En 1989 el democrático presidente Bush padre, decide una nueva invasión a cargo de los marines. La excusa fue que Noriega era un dictador corrupto que violaba los derechos humanos. La misma excusa que usaron para invadir Libia y por la que pretenden ocupar Siria. Se estima que durante la invasión murieron 7000 panameños en defensa de su patria. El objetivo era, y es, controlar el Canal y privar de sus propios recursos a sus dueños legítimos y sentar bases en territorio americano para vigilar a los países “rebeldes”.

Actualmente, una comisión binacional (entre Panamá y EE. UU.) administra el Canal, que además permanece custodiado por bases militares yanquis.
Panamá, Bolívar y las Malvinas

El 3 de abril de 1982, un día después del desembarco que recuperó nuestras islas, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas solo hubo un voto a favor de la Argentina. Fue la República de Panamá, por la boca de su canciller el Dr. Jorge Illueca. En esa misma tierra en 1826, el Libertador Simón Bolívar había convocado a los Estados emancipados del Imperio español a reunirse en una gran Federación. Los ecos de aquel patriota americano llegaban a través de la historia.

“La zona del Canal (…) debe considerarse parte irredenta del Estado Nacional Latinoamericano, (…) es un legado de las generaciones de la Independencia (…) El conflicto, por lo tanto, no enfrenta al pequeño país panameño con el gigante norteamericano, sino a América Latina contra el imperialismo y  se resuelve por la lucha conjunta con miras a latinoamericanizar la Zona del Canal” (J. A. Ramos). Lo mismo podemos decir de las Islas Malvinas.

La CELAC recupera dicha tradición dejando fuera a Estados Unidos y profundizando lazos de unión entre los países hermanos. Bregamos por ver marchánadose a los marines como en la presidencia de Torrijos, a la sazón amigo de Perón, para evitar futuras intromisiones en el suelo patrio.


Hernán Ramón


martes, 13 de diciembre de 2011

A NUESTRAS ISLAS MALVINAS (Milonga surera)

A nuestras Islas Malvinas
les dedico éste, mi canto;
aquéllas que ya hace tanto
no se las nombra argentinas.
Si parece hasta mentira
cómo las han apropiao´
con unos cuantos soldaos´
que a nombre de una corona,
si más bien parece broma,
de allí nos han expulsao´.
Malditos sean los gringos,
piratas entrometidos;
por nosotros mal queridos,
por eso sostengo y digo:
no queremos "johnis" ni "ringos",
solitos pues nos bastamos.
Digo que no precisamos
de los intrusos ingleses:
pa´ atender a nuestras reses,
alcanzamos y sobramos.
No me gustan las ofensas
pero se me va la lengua
y es por eso que sin tregua
suelo provocar afrentas
a esos pájaros de cuenta
de la famosa Inglaterra.
Ahijuna que mentes perras,
qué cerebros enquistados:
así como nos han quitao´,
nos devolverán las tierras.
Si algún gringo está escuchando
no le pediré disculpas;
si al fin él tiene la culpa
del trato que le estoy dando.
Y así seguiré cantando
hasta que yo diga basta;
será cuanto llegue al asta
nuestra Bandera Argentina,
allá en la Isla Malvinas
y al gringo un rayo lo parta.
Juan J. F. Mendiondo

LOS GRITOS DE LAS ISLAS

Escucha hermano lo que el viento del Sur nos trae.
Entre cielo y Tierra hay un lugar
Allá en Sur, muy lejos de acá,
Tan lejos que muchos quieren olvidar
Algunos porque han sufrido, otros por miedo quizás
Pero lo cierto es que allá esta.
El olvido no tiene distancia
Aunque ellos quieran olvidar
No saben o no entienden
Que el recuerdo ya se gano su lugar.
"¿Quien es aquel que se pueda olvidar?"
Que entre Roca, Tierra y Mar"
La Sangre de nuestros Hermanos esta".
"Quien se llame "Argentino Patriota"
Todavía puede, escuchar
Los gritos de Nuestros Hermanos, que allá están
Escucha, hermano los gritos de ellos
Ni la Lejanía, ni el Tiempo los harán callar,
Escucha hermano lo que gritan
Escucha que te hará Vibrar.
Gritan que volvamos con la Bandera,
Para volverla a Izar.
Escucha Argentino sus gritos
Son porque no pueden descansar".
"Soy Argentino y Patriota" y no puedo olvidar. "No soy ni juez ni Jurado, porque no soy quien para Juzgar" pero escucho el grito de mis hermanos que en las Islas Malvinas estén, no quieren el porque ni las razones, Solo quieren la Bandera en su lugar, ellos quieren "La Patria y la Soberanía" en las Islas, para poder descansar,
"Escucha Hermano sus Gritos
Son de Dolor y Soledad".
Soy Argentino y Patriota y también necesito Gritar,
Para todos aquellos que se quieran olvidar"
¡Que le. Sangre de los Nuestros ya fue derramada,
y no para que se Olvide o Archive,
Sino para que se recuerde, que "Las Malvinas",
También son la, "Patria, la Bandera y Soberanía Nacional
Escucha Argentino, Aunque no quieras escuchar, Los Gritos de los Nuestros no han de Cesar, ¡Solo encontraran el descanso en las Islas, "AL pie del Pabellón Nacional"
Escrito por Daniel Oscar Galván
En homenaje a los que dieron su Vida en la
Gesta De las Islas Malvinas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Los muertos que vos matáis…




Si el revisionismo histórico fuese el fósil que describe La Nación, el órgano de los Mitre no se alarmaría tanto frente a la creación de un instituto dedicado a cultivarlo.
La creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego puede ser una gran ocasión para profundizar el debate sobre nuestro pasado. O convertirse en otra oportunidad perdida. Las declaraciones de Pacho O’Donnell, director del instituto, en un reportaje que le hace La Nación, no son muy tranquilizadoras en este sentido. El conocido escritor formula ideas que resultan anfibológicas y un poco acomodaticias frente al diario guardián de la historia oficial. Este no tardó en convocar a pomposas figuras de la pedana académica para descalificar la iniciativa.

En el reportaje O’Donnell se apresuró a puntualizar que no será objetivo del Instituto incorporar textos revisionistas a las escuelas secundarias. Estima que la historia de “ese personaje maravilloso que es Mitre” no será cuestionada.(1) Nos preguntamos entonces para qué ha sido fundado el instituto. Pues si algo requiere este país es una visión que ponga en discusión –en sede escolar, universitaria y en los institutos militares- la pesada carga de una manera de comprender a la Argentina forjada en el siglo XIX a partir del interés coaligado de la burguesía comercial porteña, los usufructuarios de la renta agraria y la presencia del poder imperial de origen británico, que encontró en los libros fundadores de Mitre y de Sarmiento la base conceptual que suministró el relato que necesitaba para consolidar intelectualmente lo que ya había logrado con las armas.

Mitre puede haber sido una personalidad interesante –en extremo interesante, diríamos, en tanto fue protagonista de una aventura militar, política e intelectual de gran envergadura- pero de ahí a evaluarla como maravillosa dista un largo trecho. Lo mismo cabe decir respecto del sanjuanino, con el aditamento de que fue un escritor genial, capaz de generar la primera interpretación sociológica –a nuestro entender errada, pero coherente en su aptitud de síntesis y convincente por las dotes artísticas de su autor- de una peripecia argentina e iberoamericana que nos ha influido durante mucho tiempo. Pero conviene resaltar que hay una distancia abisal entre esos personajes y los epígonos que en el presente se remiten a ellos.

Ahora bien, aunque en principio el Instituto Manuel Dorrego no brinde todas las esperanzas que cabría alentar, su presencia y la puesta en marcha de un organismo que podría salir a polemizar con la ficción narrativa oficial ha bastado para inquietar a los guardianes de la ortodoxia. La Nación, editorialmente y también a través de la pluma de Beatriz Sarlo, monta un escándalo en torno del tema. Alerta sobre “una operación montada desde la Casa Rosada que tenga como meta instaurar un pensamiento único del pasado”.

Asombroso, dado que el discurso único sobre el pasado es el que se ha ejercido desde siempre en los grandes medios de prensa y en el ámbito del jardín de Academo. Cualquier iniciativa heterodoxa chocaba con la “pedagogía de las estatuas”, a que se refería Ricardo Rojas (2) y era en consecuencia excomulgada. Con posterioridad al auge de la historia liberal, pero complementándola sin sustituirla, los aportes de laEscuela de la Historia Social que tiene a Tulio Halperín Donghi como figura de proa, vinieron a configurar la superestructura que hoy ejerce el poder del magisterio en la enseñanza de la historia nacional. En especial en la UBA, que es el cuerpo que concentra la mayor cantidad de alumnos y gabinetes de investigación. El rasgo característico de esta escuela es ilustrar y enriquecer la historia, pero sin cuestionar la línea interpretativa oficial.

Es sobre la especialización y el manejo de una metodología que se considera debe estar provista de títulos que corroboren una aptitud técnica, el punto sobre el que La Nación y Sarlo hacen hincapié. Hay reglas que deben pautar la disciplina de la historia, diferenciándola de su divulgación novelesca, aducen. Esto es muy cierto. Pero no hay motivo para suponer, como dice Sarlo, que el revisionismo sea una especie de fósil, que sólo interesa a los literatos aficionados y a los CEO de las “grandes” editoriales en busca de versiones dinámicas del pasado, mientras que el mismo revisionismo es objeto de estudio de parte de los gabinetes universitarios que se ocupan de él sólo como si de una especie extinguida se tratase.

Hay un deliberado juego de confusión en esta versión que manejan los CEO – en este caso de los grandes medios de comunicación- a través de sus diligentes empleados. En la última década han proliferado las biografías, novelas y programas de televisión que hurgan en el revisionismo para tejer con elementos entresacados de él una apariencia de iconoclastia que pondría en tela de juicio precisamente a la “pedagogía del mármol”. Pero se trata de obras que si resultan inquietantes es por la banalización y el abaratamiento del concepto del revisionismo pues, lejos de aportar nada a los rasgos clave que distinguieron a la formación o deformación de la Argentina como estado, se ocupan más bien de intrigas de alcoba o de la reevaluación sensacionalista de algunos datos biográficos de San Martín o de Bolívar, que redundarían en su caracterización como agentes británicos o poco menos. Estas aproximaciones no cuestionan en el fondo a ninguno de los dogmas de la historia mitrista –que tiene en su núcleo el papel determinante de la intervención inglesa en la independencia argentina-, sin poner en su verdadera luz el carácter de esa intervención, que estaba en directa contraposición a lo buscado por los padres fundadores, más allá de las obligadas oscilaciones tácticas de su política. Esto es, la construcción de una nación suramericana con arreglo a la organización mundial que estaba madurando después de la derrota napoleónica.

En la versión del órgano de los Mitre y en su traducción por Beatriz Sarlo el revisionismo vendría ser, hoy, una olla donde se revuelven temas más bien sensacionales y que extrae su popularidad de una versión simplista del pasado, “con buenos y malos, élites y masas, pueblos y oligarquías enfrentados en una wagneriana guerra prolongada. Todo fácil de leer”. Hay una connotación despectiva en estas líneas de Sarlo, que rematan afirmando que una sola página de Halperín Donghi convierten a “diez novelas revisionistas en una canción alpina”…

La negación de la entidad académica del revisionismo fue un caballito de batalla de quienes se ocuparon, justamente, de que este no llegara a las cátedras, o que lo hiciera a partir de exponentes de derecha, acuñados en los años 20 y 30 y entroncados con una tradición nacionalista muy virada al catolicismo, conservatismo y militarismo, rasgos que no los hicieron populares entre la juventud universitaria, más allá de las altas cualidades que algunas de estas figuras investían en el plano intelectual. Sarlo no hace mención, sin embargo, a otra vertiente del revisionismo contemporánea a esta, que arranca con Adolfo Saldías, se prolonga con Ricardo Rojas y Manuel Ugarte y aborda el problema nacional desde una postura que se configura como la matriz de FORJA y luego de la corriente revisionista de la izquierda nacional que revolucionó, desde una perspectiva marxista arraigada en el país, todos los contenidos de la biblia mitrista.

Para la pedagogía del sistema todo es factible siempre y cuando no se objete a los pilares fundamentales de la doctrina de la civilización y la barbarie. Este hilo rojo es reconocible en el encono con que los grandes medios de prensa enfrentaron al yrigoyenismo y al peronismo, y en la conspiración constante con que intentaron derrocarlos en cuanta oportunidad propicia se les presentó. En cuanto al revisionismo –en particular el popular y latinoamericano-, frente a sus propuestas teóricas opusieron las más de las veces un sepulcral silencio. Ningunearon a sus representantes ignorándolos olímpicamente. Ni Arturo Jauretche, ni Raúl Scalabrini Ortiz, ni Jorge Abelardo Ramos, ni Juan José Hernández Arregui, ni Norberto Galasso, ni figuras del interior como Alfredo Terzaga o Fermín Chávez, encontraron la repercusión crítica que sus trabajos ameritaban. Esa corriente se abrió paso, sin embargo, y fructificó de una manera que es hoy difícil de soslayar cuando algunos teóricos de fuste con reconocimiento internacional y alcance mediático –como Ernesto Laclau- la reivindican, y sobre todo cuando existe un difuso requerimiento popular por abrevar en nuevas fuentes.

El argumento vinculado a la necesidad de contar con la patente de especialista para indagar en la historia y para producir una obra de valor heurístico y hermenéutico, tiene mucho de pedante y contrasta con grandes ejemplos provenientes de la realidad. Desde la perspectiva de La Nación, Carlos Marx y Friedrich Engels hubieran sido unos simples aficionados. Y los teóricos rusos del bolchevismo –fusilados por Stalin por razones no exactamente científicas- en definitiva habrían merecido su destino por no haber sido avalados por la Academia de Ciencias de la URSS…

Este es un ejemplo extremo, pero tal vez no tan paradójico como aparenta serlo. El viejo debate a propósito de la imparcialidad de los estudios históricos se asemeja al que ahora gira en torno del periodismo “militante” o el periodismo “independiente”. No hay ni periodistas independientes ni existen historiadores que se eleven “au dessus de la melée” para sentenciar desde un cielo olímpico sobre lo que es verdadero y lo que no lo es, sobre lo que resultaba válido como consecuencia de una situación social dada, y sobre lo que no era sino una pretensión desatinada dirigida a estrellarse contra el Deus ex machina de una historia predeterminada por causalidades sociales irrevocables.

Todos los historiadores juzgan a partir de los conflictos del presente. No son nunca imparciales, ven a través de la lente de sus intereses y simpatías. A lo que pueden aspirar, eso sí, es a resultar objetivos; esto es, a no mentir ni a escamotear los datos que resulten incómodos a su propia perspectiva.

El mismo Tulio Halperín Donghi –que es un autor de obligada lectura, aunque no nos resulte afín- dice en un reportaje aparecido en el suplemento cultural de La Nación del 13 de febrero de 2008, que “cuando hago una reconstrucción histórica de alguna manera, lo que es un poco desleal, es lo que tengo adentro, pero no muestro… Para hacer historia hay una etapa en que se junta todo y otra en la que, desde una perspectiva militante, se explica la versión que a uno le gusta”. (3) A confesión de parte…

La búsqueda de los orígenes de nuestra configuración cultural y social es inescindible del revisionismo, y es sólo a su luz que se explican los antagonismos que han desgarrado a esta sociedad y que siguen trabajándola en el presente. Mal que les pese a los historiadores de oficio, la batalla entre unitarios y federales sigue gravitando sobre la conciencia de los argentinos, y la panoplia ideológica en cuya matriz el bando vencedor en las luchas civiles conformó al país, requiere de un trabajo de estudio y demolición solo a partir del cual se podrá airear el pasado y devolvernos a una conciencia más armónica de nuestra realidad. Sólo en esta conciencia podremos encontrarnos y hallar al menos un piso común en el cual pararnos y distinguir el sentido de nuestras diferencias.

Notas
1) La Nación, lunes 29 de Noviembre de 2011.

2) Citado por Norberto Galasso en Historia de la Argentina. Ediciones Colihue, 2011.
3) Referencia tomada de Norberto Galasso, op.cit. página 63.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La reacción liberal

“La falsificación (de la historia) ha perseguido precisamente esta finalidad: impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los argentinos poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política nacional. Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprende que la falsificación de la historia es una política de la historia, destinada a privarnos de experiencia que es la sabiduría madre” (Arturo Jauretche).

El decreto 1880/2011 que lleva las firmas de la presidente Cristina de Kirchner; del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; del ministro de Economía, Amado Boudou y del ministro de Educación, Alberto Sileoni, ha generado una nueva reacción por parte de los herederos de Don Bartolo. El mismo, crea el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, con carácter de organismo desconcentrado, para "el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana" y tendrá como objetivo "revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX".

El 28/11 dos notas publicadas por el diario La Nación, una anónima y la otra firmada por Beatriz Sarlo, advertían sobre el peligro de la creación de dicho Instituto ya que sería urgido para la instauración de un pensamiento único del pasado”, el cual,podría ser un centro que irradie su historia a la escuela”, lo que  “se convertiría en algo más peligroso”.

Los argumentos de Sarlo, a la sazón bocera del diario fundado en 1870 por Bartolomé Mitre para que resguardara desde la tribuna sus intereses y evitar, falsificando la historia, que se supiera la verdad sobre el baño de sangre que el ilustre porteño realizó en el interior del país con nuestros hermanos gauchos o en Paraguay con la guerra de la Triple Infamia, son los siguientes:

“Hoy, el revisionismo (que no se practica en la universidad, donde se lo estudia cómo se estudian las obras del pasado) es una especie de fósil que vive en el paraíso de los best-sellers”. Debemos aclarar que no se lo estudia porque  ha habido una imposición cultural por parte de los sectores concentrados de la Argentina, evitando conocer nuestro pasado y condenándonos a ser un país agro-exportador que es el destino, que según Mitre y la oligarquía tenemos como país. Ser la granja de las potencias coloniales total ellos nos proveerán de manufacturas (léase División Internacional del Trabajo). Sigue;  “Una veta del mercado editorial con novelas buenas y malas, biografías y libros de divulgación más atractivos, sin duda, que las ponencias de los simposios de historiadores”. De esta manera, desprestigia a historiadores de la talla de José María Rosa al que seguramente no ha leído. Con esa liviandad soberbia y frívola cataloga a grandes revisionistas, quien efectivamente ha usufructuado la “veta del mercado editorial” sin conocer que estos no escribían para “vender” como lo hace esta gorila, sino por la grandeza de la patria. Como decía Jauretche, a quien tampoco ha leído seguramente, “Lo de ahora no se puede resolver sin primero entender lo de antes”. Sigamos con Sarlo.
“No faltan razones de popularidad: su versión del pasado es simple, con malos y buenos, elites y masas, pueblos y oligarquías enfrentados en una wagneriana guerra prolongada. Todo es fácil de leer. Comparados con una página de Tulio Halperin Donghi (nuestro historiador máximo según las más variadas opiniones), diez libros revisionistas actuales suenan tan sencillos como una canción alpina”. También aquí, hay un propósito encubierto. La historia oficial, la que nos enseñan en los distintos niveles de educación, no es más que una seguidilla aburrida, como los libros del anti-peronista cipayo  Halperin Donghi, de hechos históricos desvinculados con fechas y nombres inmutables. Esta versión de la historia fue escrita por los que ganaron en Pavón y condenaron al ostracismo a grandes patriotas como Artigas, Moreno, Monteagudo, entre otros. Pero aún hay más.
“En el decreto del gobierno hay, finalmente, un elemento más peligroso. Desde la transición democrática por lo menos, juzgada por todos los criterios de la disciplina, la historia argentina es de gran nivel. Investiga sectores populares, anarquistas y sindicalistas, movimientos campesinos, mujeres; no hace historia de "grandes hombres", no se ocupa de establecer una tabla de posiciones. Hay historiadores universitarios de todas las tendencias ideológicas, todos responden a las reglas que definen su disciplina. El gobierno pasó por alto esto (…)”. Los historiadores, que responden (¡!) a la disciplina, según Sarlo son: Tulio Halperin Donghi, José Luis Romero, el socialista democrático quien fuera interventor de la Universidad de Buenos Aires durante la Revolución Fusiladora del ’55, entre otros.
“El Instituto de Doctrina podría convertirse en un rincón arcaico y polvoriento. Pero también podría ser un centro que irradie su "historia" a la escuela. Allí se convertiría en algo más peligroso” concluye esta prestigiosa periodista, alarmada por el hecho de que alumnos  ávidos de comprender su pasado histórico, luego la señalen porque trabaja para el diario fundado por el fratricida autor de “Historia de Belgrano y de la independencia argentina.
Celebramos, a pesar del diario “La Nación”, desde RIN la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico porque es una deuda pendiente con la memoria y el pasado del pueblo argentino como así también, con la de nuestros próceres que lucharon por la Patria Grande y que fueron rescatados por  grandes pensadores que amaron a su patria, parafraseando a Perón, no por sus vacas y sus campos si no a sus hermanos de Nación. 


Hernán Ramón http://rinacional.com.ar/

jueves, 24 de noviembre de 2011

La USAID como instrumento de ataque contra las naciones

Por Nil Nikandrov
Strategic Culture Foundation
El presidente norteamericano John F. Kennedy estableció la USAID (sigla en inglés) (Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional) en el mes de noviembre de 1962 como una organización encargada de una misión esencialmente humanitaria, la de suministrar apoyo económico y de otro tipo a países en problemas alrededor del mundo. Por lo tanto, las metas declaradas de la agencia incluyen la prevención de conflictos, la expansión de la democracia, la asistencia humanitaria y la administración de recursos humanos, pero la verdad -que no yace muy escondida- es que las actividades de la USAID tienden a estar estrechamente entrelazadas con aquellas del Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono.
En América Latina, cualquier ilusión con relación a la agenda detrás de las actuaciones de la USAID demostró tener corta vida. Una serie de desenmascaramientos de agentes del FBI y la CIA que operaban bajo la cobertura de la USAID fue tan fabulosa que la verdadera naturaleza de la agencia se tornó imposible de ocultar. No obstante, las actividades de la USAID fueron claramente reimpulsadas durante la primera década del siglo XXI.
En Haití por ejemplo, los operativos de la CIA alojados en la USAID coordinaron y financiaron numerosísimas ONGs que durante el período 2003-2004 fueron fundamentales en el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide, acusándolo de corrupción y complicidad con el narcotráfico. Entonces, poco después, ingresó al escenario una curiosa variedad de rebeldes, ataviados con uniformes militares norteamericanos que ocuparon la mayor parte del país y eventualmente sitiaron la capital y el palacio presidencial. Aristide fue detenido por marines norteamericanos, llevado al aeropuerto y sin mediar ninguna formalidad, como ser un procedimiento judicial, fue sacado en avión del país rumbo a Sudáfrica. La advertencia dada al destituido líder del país durante este procedimiento fue que si trataba de huir tendría problemas aun más graves.
La USAID también jugó el rol clave en la organización del golpe de estado del mes de junio del 2009 en Honduras, donde agentes de la CIA disfrazados de funcionarios de la USAID de manera similar patrocinaron y condujeron acciones de las títeres ONGs, extendiendo el mito de una conspiración comunista conjunta del presidente M. Zelaya y del líder venezolano Hugo Chávez y comandaron a los oficiales del ejército del país. El golpe culminó con la detención de Zelaya quien al igual que Aristide fue a la fuerza llevado a otro país, esta vez a Costa Rica bajo la amenaza de muerte si reingresaba a su país natal. Consecuentemente, Washington estuvo satisfecho con la liquidación del giro hacia el campo populista de América Latina. La prensa simuló no tener conocimiento de la guerra terrorista contra los seguidores de Zelaya desatada por los carniceros dirigidos por el nuevo presidente R. Micheletti y los operativos de la USAID/CIA quienes organizaron el golpe y luego cobraron sus prestaciones y recibieron sus ascensos.
Existe amplia evidencia que la USAID es utilizada de manera extensiva como herramienta para incitar las revoluciones de colores en los países desafiantes por todo el hemisferio occidental, especialmente en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.
En cuanto a Cuba, la USAID ha estado empleando operaciones encubiertas durante décadas, pero la mayoría de los esfuerzos de las agencias para instalar en estos países medios “independientes” y organismos políticos “alternativos” en forma de sindicatos o grupos de protesta han sido notables fracasos.
A la agencia cubana de contraespionaje debe reconocérsele su envidiable eficiencia mientras que ocasionalmente surgen las luchas intestinas en las filas opositoras al régimen cubano por el dinero invertido por Estados Unidos. La impresión permanente es que una porción considerable del financiamiento norteamericano, supuestamente para contribuir a llevar la “democracia” a Cuba, sencillamente termina en los bolsillos de los agentes de la CIA y de sus protegidos locales. Cuando la dirigente del movimiento de oposición cubano conocido como Las Damas de Blanco, Laura Pollan, murió hace poco por causas naturales, sus colegas iniciaron una auditoría de las finanzas del grupo y descubrieron que faltaban decenas de miles de dólares. La USAID rápidamente acalló el escándalo que fue solo uno de una serie de incidentes parecidos. La tendencia hacia la evaporación de millones de dólares aportados por Washington para promover el cambio de régimen en Cuba, se atribuye insistentemente a la habilidad del contraespionaje cubano para subrepticiamente desviar los fondos de la USAID para su propio provecho.
El contratista Phillip Gross fue detenido y sentenciado a 15 años de cárcel el verano pasado en Cuba por haber transferido a grupos disidentes cubanos equipos de comunicación satelital que les habrían permitido mantener contactos con la estación de la CIA en Miami. Los cubanos supieron de la actividad secreta de la USAID a través de una secuencia de informes de prensa en los cuales ex activistas de la USAID suministraban detalles sensibles de los intentos de la agencia.
La USAID entrega fondos para la organización de una gama de eventos, desde mesas redondas hasta concentraciones de protesta, dándole a sus activistas un entrenamiento obligatorio en técnicas para movilizar seguidores con la ayuda de avanzadas tecnologías de comunicación, diseminando provocadoras denuncias contra las autoridades y organizando protestas típicas de las revoluciones tuiteras de colores.
En Venezuela, la USAID podría considerarse fuera de la ley ya que no existe aquí un acuerdo intergubernamental que regule el funcionamiento de la organización. Es más, la cantidad de gente de la USAID estacionada en la embajada norteamericana ha estado poniéndose cada día más atrevida desde el 2002 año en que fracasó el golpe de estado contra Chávez. Su primera medida luego del fallido golpe fue la de instalar la Oficina de Iniciativa para la Transición, OIT en Caracas. Resulta notoria la escala de las operaciones de la USAID en Venezuela donde se sabe que la agencia ha suministrado dinero a unas 700 ONGs y financiado proyectos políticos en el país. Grupos de oposición succionaron por diferentes canales la bonita suma de 70 millones de dólares. Esta cantidad se empleó desde apoyar las campañas de candidatos antichavistas hasta iniciativas apuntadas a profundizar las divisiones políticas en Venezuela y a la construcción de un equipo de dirigentes de oposición antipopular. Vincularse con agrupaciones estudiantiles y radicalizándolas, junto con realzar los perfiles de sus líderes son prioridades constantes de la USAID en Venezuela.
Como parte del programa de la USAID para futuros líderes, los estudiantes aprendices más destacados viajaron a Estados Unidos, recibieron entrenamiento ideológico antichavista y encima de todo esto, se les preparó en capacitación conspirativa. El carismático dirigente estudiantil Jon Goicoechea, con un registro de enérgicas campañas, aparece actualmente como el socio número uno de la USAID entre los jóvenes de Venezuela. A la edad de 23 años es el beneficiario más joven, en el mes de abril fue galardonado con el Premio Milton Friedman para el Avance de la Libertad más un cheque por quinientos mil dólares (US500.000,00) cosa que hizo que los medios progubernamentales adelantaran la sospecha que el componente material del premio sirvió para apoyar a la oposición.
En Venezuela en el mes de diciembre se promulgó una ley para la protección de la soberanía política y la auto determinación nacional, con el propósito de poner fin a la práctica de los partidos políticos y las ONGs que reciben inyecciones financieras desde agencias de inteligencia de otros países u organismos vinculados a comunidades extranjeras de inteligencia.
La nueva legislación establece la pena de deportación de Venezuela como medida contra extranjeros sorprendidos entregando dinero a agrupaciones políticas venezolanas. La NED (sigla en inglés) Agencia Estadounidense para el Avance de la Democracia y la USAID fueron las más mencionadas durantes los debates parlamentarios venezolanos que precedieron a la puesta en vigencia de la nueva ley.
En Bolivia, la USAID ha estado claramente comprometida en todos los intentos desestabilizadores. Habiendo obtenido evidencias que la embajada norteamericana se hallaba preparando un golpe de estado, el gobierno de Evo Morales respondió de manera dura y en el mes de septiembre del 2008 ordenó la expulsión del país del embajador norteamericano Phillip Goldberg, quien se mantenía en contacto con grupos locales separatistas y potenciales líderes de una revolución de color. En noviembre del mismo año, Bolivia clausuró las oficinas de la DEA (sigla en inglés) por inmiscuirse en los asuntos internos del país y por calumniar a miembros del gobierno boliviano, agentes de la ley y oficiales del ejército de complicidad con carteles de la droga. De acuerdo con Wikileaks, durante el 2007-2008 el Departamento de Estado norteamericano desembolsó la cantidad de 97 millones de dólares para opositores al gobierno de Evo Morales.
Un grupo terrorista que vino desde Europa con el objeto de asesinar a Evo Morales fue neutralizado en un hotel de la ciudad de Santa Cruz en el mes de abril del 2009. Ciudadanos bolivianos conectados con la USAID estaban entre los asistentes del grupo terrorista y huyeron del país cuando se abrió la investigación sobre la conspiración terrorista. En agosto recién pasado, el gobierno boliviano señaló que la USAID tendría que retirarse del país, pero, a juzgar por los medios de prensa, Bolivia posteriormente adoptó una actitud más suave y limitó sus exigencias a que la embajada norteamericana abriera una investigación en torno a la conducta inamistosa de algunos de sus diplomáticos. Como era de esperar los resultados de la investigación hasta ahora no se conocen.

martes, 22 de noviembre de 2011

Europa: Democracia a lo Goldman Sachs

Por: Stephen Foley

La ascensión de Mario Monti al cargo de primer ministro italiano es notable por razones más de lo que es posible contar. Al reemplazar el escandaloso Silvio Berlusconi, Italia ha desalojado al indesalojable. Mediante la imposición de reglas impuestas por tecnócratas no elegidos, que suspendieron las reglas normales de la democracia, y tal vez la democracia misma. Y al poner un alto asesor de Goldman Sachs a cargo de una nación occidental, ha llevado a nuevas alturas el poder político de un banco de inversión, alturas que usted podría haber pensado que eran políticamente imposibles.
Esto es lo más notable de todo: un gran paso adelante, o tal vez la culminación exitosa de los proyectos de Goldman Sachs.
No es sólo Mario Monti. El Banco Central Europeo, otro jugador decisivo en el drama de la deuda soberana, se encuentra bajo la gestión de un ex-Goldman, y ex-alumnos del banco de inversión tienen influencia en los pasillos del poder en casi todas las naciones europeas, como lo han hecho en los EE.UU. durante la crisis financiera. Hasta el miércoles, la división europea del Fondo Monetario Internacional era ejecutada también por un hombre de Goldman, Antonio Borges, quien acaba de renunciar por motivos personales.
Incluso antes de la conmoción en Italia, no había ninguna señal de Goldman Sachs viviendo como dice su apodo de “El calamar vampiro”, y ahora que sus tentáculos llegan a la cima de la zona euro, voces escépticas están planteando preguntas sobre su influencia. Las decisiones políticas tomadas en las próximas semanas determinarán si la eurozona puede pagar sus deudas - y los intereses de Goldman están íntimamente ligados a la respuesta a esa pregunta.
Simon Johnson, ex-economista del Fondo Monetario Internacional, en su libro “13 Banqueros”, argumentó que Goldman Sachs y otros grandes bancos se habían acercado tanto al gobierno norteamericano en el período previo a la crisis financiera que los EE.UU. fueron en realidad una oligarquía. Al menos los políticos europeos no son “comprados y pagados” por las empresas, como en los EE.UU., dice. “En lugar de eso, lo que tenemos en Europa es una visión del mundo compartida entre la elite política y los banqueros, un conjunto de metas compartidas y el refuerzo mutuo de las ilusiones.”
Este es el proyecto de Goldman Sachs. En pocas palabras, se trata de apretar en fuerte abrazo a los gobiernos cercanos. Cada negocio quiere promover sus intereses buscando eliminar las regulaciones que puedan obstaculizarle y los políticos que les puedan dar una rebaja de impuestos, pero esto no es un mero esfuerzo de cabildeo. Goldman está ahí para proporcionar asesoramiento a los gobiernos y financiación, para insertar a su gente en el servicio público y para proporcionar trabajos lucrativos a quienes salen del gobierno. El proyecto es crear un profundo intercambio de personas, ideas y dinero de tal manera que sea imposible notar la diferencia entre el interés público y el interés de Goldman Sachs.
Mario Monti es uno de los economistas más eminentes de Italia, y pasó la mayor parte de su carrera en el mundo académico y los think tank, pero fue cuando Berlusconi le nombró a la Comisión Europea en 1995 que Goldman Sachs comenzó a interesarse por él. Primero como comisionado para el mercado interior, y sobre todo como comisionado para la competencia, en su trabajo tomaba las decisiones que facilitaban las ofertas públicas de adquisición o fusión para las que los banqueros de Goldman proporcionaban los fondos. Mario Monti también presidió más tarde el comité del Tesoro italiano en el sistema bancario y financiero, que establece las políticas financieras del país.
Con estas conexiones, era natural que Goldman le invitara a unirse a su junta de asesores internacionales. El banco con dos docenas de efectivos asesores internacionales actúa como un grupo de presión informal para favorecer sus intereses con los políticos que regulan su trabajo. Tienen otros consejeros como Otmar Issing, que, como miembro del consejo del Bundesbank alemán y el Banco Central Europeo, fue uno de los arquitectos del euro.
Quizás el más prominente ex-político en el interior del banco es Peter Sutherland, el fiscal general de Irlanda en la década de 1980 y otro ex comisionado de Competencia de la UE. Él es ahora el presidente ejecutivo de la sede en Reino Unido de uno de los brazos de Goldman Sachs International, y hasta su colapso y la nacionalización fue también un director no ejecutivo de Royal Bank of Scotland. Ha sido una voz prominente de Irlanda en su plan de rescate de la UE, argumentando que los términos de los préstamos de emergencia deberían reducirse, a fin de no agravar los problemas financieros del país. La UE acordó reducir la tasa de interés de Irlanda este verano.
Recoger buenas conexiones políticas en su ingreso al gobierno es sólo la mitad del proyecto, el envío de alumnos de Goldman para el gobierno es la otra mitad. Al igual que Mario Monti, Mario Draghi, quien asumió como presidente del BCE el 1 de noviembre, ha estado dentro y fuera del gobierno y de dentro y fuera de Goldman. Él era un miembro del Banco Mundial y el director general del Tesoro italiano antes de pasar tres años como director gerente de Goldman Sachs International entre 2002 y 2005 - sólo para volver al gobierno como presidente del banco central italiano.
Mario Draghi se ha visto afectado por la controversia sobre los trucos de contabilidad llevada a cabo por Italia y otras naciones en la periferia de la zona euro, ya que trató de meterse en la moneda única hace una década. Mediante el uso de derivados complejos, Italia y Grecia fueron capaces de bajar de peso el tamaño aparente de su deuda pública, la que el mandato del euro exige que no debe ser superior al 60 por ciento del tamaño de la economía. Y el cerebro detrás de varios de esos derivados fueron los hombres y mujeres de Goldman Sachs.
Los comerciantes del banco crearon una serie de operaciones financieras que permitieron a Grecia recaudar dinero fresco para reducir su déficit presupuestario de inmediato, a cambio de pagos en el tiempo. En un acuerdo, Goldman canalizó mil millones de dólares de financiamiento para el gobierno griego en 2002 en una operación llamada un intercambio de moneda. En el otro lado de la oferta, trabajando en el Banco Nacional de Grecia, estaba Petros Christodoulou, quien comenzó su carrera en Goldman, y que fue promovido ahora al frente de la oficina de gestión de la deuda del gobierno griego. Lucas Papademos, hoy instalado como primer ministro en el gobierno de unidad de Grecia, era un tecnócrata en esos años a cargo del Banco Central de Grecia.
Goldman dice que la reducción de la deuda alcanzada por los derivados era insignificante en relación con las normas del euro, pero expresó arrepentimiento sobre los acuerdos. Gerald Corrigan, un socio de Goldman, que llegó al banco después de una carrera en la Reserva Federal de Nueva York, dijo en una audiencia parlamentaria del Reino Unido el año pasado: “Está claro, visto en perspectiva, que las normas de transparencia podrían y deberían haber sido mucho más altas”.
Cuando el tema se planteó en las audiencias de confirmación en el Parlamento Europeo por su trabajo en el BCE, Mario Draghi dijo que no estaba involucrado en las ofertas o permutas en el Tesoro o en Goldman.
Ha sido imposible mantener la línea en Grecia, que bajo las últimas propuestas de la UE efectivamente va a pagar su deuda al pedir a los acreedores aceptar un recorte “voluntario” del 50 por ciento de sus bonos, pero el consenso actual en la zona euro es que los acreedores de las grandes naciones como Italia y España deben cobrar la totalidad de la deuda. Estos acreedores, por supuesto, son los grandes bancos del continente, y es que su salud es la principal preocupación de los políticos. La combinación de medidas de austeridad impuestas por los nuevos gobiernos tecnocráticos en Atenas y Roma y los líderes de otros países de la eurozona, como Irlanda, y los fondos de rescate del FMI y el alemán en gran parte apoyado por Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, todo esto puede ser rastreado en el mencionado consenso.
“Mis ex compañeros en el FMI están corriendo tratando de justificar los rescates de € 4trn a 1.5trn-, pero ¿qué significa eso?”, dice Simon Johnson. “Esto significa el 100 por ciento del rescate de los acreedores. Se trata de otro rescate bancario, al igual que en el año 2008. El mecanismo es diferente, ya que esto está sucediendo a nivel soberano, no al nivel de los bancos, pero la lógica es la misma.”
Tan cierto es que la elite financiera de los bancos serán rescatados, que algunos están poniendo apuestas -en empresas de apuestas- sólo en ese resultado. Jon Corzine, ex presidente ejecutivo de Goldman Sachs, regresó a Wall Street el año pasado después de casi una década en la política y tomó el control de una empresa histórica llamada MF Global. Colocó una apuesta de 6 mil millones de dólares con el dinero de la empresa a que los bonos del gobierno italiano caerían en impago.
Cuando la apuesta se reveló el mes pasado, los clientes y socios comerciales decidieron que era demasiado arriesgado para hacer negocios con MF Global y la empresa se derrumbó en pocos días. Fue una de las diez mayores bancarrotas en la historia de Estados Unidos.
El grave peligro es que si Italia deja de pagar sus deudas, los bancos acreedores podrían ser declarados en quiebra. Goldman Sachs, que ha tomado más de dos billones de dólares de seguros, incluyendo una cantidad no revelada en la deuda de los países de la eurozona, no escaparía ileso, especialmente si algunos de los dos billones de seguros que ha comprado resulta ser de un banco que se ha ido a pique. Ningún banco -y especialmente “el calamar vampiro”- puede desenredar los tentáculos de los tentáculos de sus compañeros. Esta es la razón de los rescates y de la exigencia de austeridad, cada vez son más Goldman, no menos. La alternativa a esta situación sería una segunda crisis financiera, el segundo colapso económico.
¿Compartir ilusiones, tal vez? ¿Quién se atrevería a probarlo?
(Tomado The Independent)

viernes, 18 de noviembre de 2011

Sobre la necesidad de seguir reindustrializando el país

“¿Saben ustedes que durante una tormenta el león da la cara al viento para que su pelambre no se desordene? Yo hago lo mismo: doy la cara a todos los problemas: es la mejor manera de permanecer peinado” (Leopoldo Marechal).

El león

La Crisis rentístico-financiera, fase actual del sistema capitalista, no solo despoja a miles de “indignados” de sus medios de vida en Europa y EE.UU. sino que además está demostrando cada día aún más su senilidad.

Los países centrales muestran, en raptos de impotencia servil, sus garras para quedarse con la parte del león arrasando con lo que aún conservan como patrimonio los pueblos de las periferias. Una de sus temibles garras es la OTAN. Sobra con observar el ultraje al pueblo libio y su líder Gadafi, en pos de saquear su petróleo y reservas acuíferas. A decir de Fidel; Esa brutal alianza militar se ha convertido en el más pérfido instrumento de represión que ha conocido la historia de la humanidad”.
Mientras el FMI busca una salida a la crisis, intentando salvar a sus responsables (léase banca internacional), aplicando ajustes en la zona Euro y miles de personas se manifiestan en varias plazas del mundo, la tranquilidad de este lado del Atlántico parece inmutarse. Pero… ¿Llegará a estas costas la repercusión de la actual crisis? L a respuesta es sí ¿Está preparada la economía argentina para repelerla? Veamos.
Ocho años, lo que viene.
Durante el gobierno de Néstor (2003/2007) el comercio exterior (exportaciones menos importaciones) dejó un saldo favorable de 64 mil millones de dólares. Y los ingresos financieros (suma neta de financiamiento comercial más endeudamiento neto externo, público y privado; menos remisión de utilidades) sumaron 8 mil millones de dólares. En el mandato Kirchner entraron al país netos  72  (64+8) mil millones de dólares. Néstor incrementó las reservas en 55 mil millones de dólares. Durante su gobierno se transfirieron 17 mil millones de dólares: el 24 por ciento de los dólares que ingresaron.
Los resultados del primer período presidencial de Cristina Fernández (2008/2011) fueron diferentes y los números varían. Ingresaron 88 mil millones de dólares. Por ingresos financieros netos (financiamiento comercial más endeudamiento menos remisión de utilidades) 37 mil millones a los que se sumaron 51 mil millones del saldo comercial.  Los ingresos financieros se multiplicaron por 5. Pero el balance comercial se achicó como consecuencia de un creciente déficit del comercio de bienes no primarios.
Acá viene la diferencia. De esos 88 mil millones de dólares, en 2008/2011, se “fugaron” 73 mil millones: el 83 por ciento.
¿No era una cifra para preocuparse y hacer algo? Se pregunta Carlos Leyba, de quien extraemos los datos. “El sobresalto ocurre porque los dólares empezaron a ser potencialmente menos que los necesarios para mantener este ritmo de fuga. La fuga – en estas dimensiones – es un mega problema de largo plazo”, explica.
De allí, las medidas tomadas en estas semanas para evitar que millones de dólares se sigan yendo de nuestro país. Lo que viene, en este contexto, es un misterio. Si podemos decir, que las medidas apuntan a no desacelerar la economía y a mantener el consumo, ajustando sobre los que más tienen (ver nota: Ajuste versión Argentina). Sin embargo, no alcanza.
Es necesario, bajar la tasa de interés para que se siga desarrollando la industria nacional con crédito barato, y de esta forma dejar de importar. Esa es la principal causa del debilitamiento del superávit comercial. “Déficit comercial externo de la industria enorme; en la mirada de corto plazo es un problema de caja en dólares; pero con los ojos puestos en el largo plazo es un déficit de empleo y de estructura productiva que se cura con inversión que es lo que podríamos haber hecho con la plata que se fugó”, sostiene Leyba en este sentido.
El déficit del sector industrial alcanza a 25 mil millones de dólares anuales, respecto de la balanza comercial. Debemos seguir sustituyendo importaciones si queremos reducir dicho número.
Para que la crisis no nos golpee tanto ni que los países centrales trasladen sus crisis hasta acá, es necesario nacionalizar cada vez más la economía argentina, aprovechando el ahorro interno, que aún generamos, evitando la transferencia de riqueza y desarrollando nuestras fuerzas productivas.
Debemos darle la cara a los problemas, al igual que el león pero sin confiar en él (a propósito de la reunión del G-20 y del encuentro de Obama con Cristina).
 HNR