viernes, 12 de agosto de 2011

Breve Informe Económico de la Provincia de Mendoza (Apuntes de Economía Política)

INTRODUCCIÓN

La Provincia de Mendoza es la principal concentración poblacional y productiva del Centro Oeste de la República Argentina. Internacionalmente es conocida como una de las ocho Capitales Mundiales del Vino. Por su producción ubica a la Argentina en el quinto lugar en el orden mundial, de naciones elaboradoras de esta bebida.

Sin embargo, el vino no es lo único que se produce o está en condiciones de producir la Provincia. Sus grandes reservas minerales, la posiciona dentro del país como un gran polo energético hacia el futuro, capaz de abastecer a gran parte de la Argentina. Además de poseer un gran flujo turístico cada año. O de su inmensa agricultura, tanto hortícola como frutícola, de carácter extensivo.  

El objetivo de este trabajo, es dar un pantallazo general de la estructura socio-productiva de la Provincia (micro y macro-económica), a los efectos de dar a luz algunas reflexiones y contribuir a la discusión de temas centrales, aún irresueltos por la dirigencia política provincial (Partidocracia), y trazar algunos lineamientos estratégicos para una Mendoza inserta en los cambios que se viven a nivel nacional, como así también en el actual contexto de Integración Latinoamericana.

He tenido que servirme de estadísticas, publicaciones económicas, informes de distintas entidades empresarias, datos oficiales, etc., para desarrollar el presente Informe, sin haber podido hallar una publicación actual de similares características. Debido a que al parecer, hace tiempo que nadie se ocupa del tema. De tal modo que, los que hoy explican la economía provincial son las fundaciones (Fundación Mediterránea) o instituciones como el CEM. Desde 1968 que nadie hace una publicación “seria” que nos permita comprender en profundidad los asuntos de Mendoza, más allá del mero dato frío. El último en editar un libro sesudo a estos efectos, fue Benito Marianetti (fallecido dirigente provincial del PC). Lo cual indica que los destinos de Mendoza no son mentados por una dirigencia capacitada, sino que están en manos de sus principales usufructuarios.   

“Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Sólo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarle. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender a la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros”
dijo Raúl Scalabrini Ortiz.

Finalmente, si en la lectura de estas notas tropieza el lector con alguna dificultad de comprensión, acháqueselo a mis defectos de expositor.

CONSIDERACIONES GENERALES

Algunos datos estadísticos

Según el Censo Nacional 2010, la Provincia de Mendoza posee 1.741.610 habitantes. De los cuales 848.823 son varones y 892.787 mujeres.

En los últimos treinta años cayó a la mitad el ritmo de crecimiento de la población, según indican los datos preliminares del Censo 2010. Dos factores que han influido fuertemente en la caída del crecimiento poblacional de Mendoza, son: el descenso de la tasa de natalidad y el mantenimiento de la mortalidad. Si bien, en la última década la tasa de natalidad pasó del 17,4 por mil en el 2002 al 19,9 por mil en el 2009, lejos están los índices del ´91, cuando ese indicador llegaba al 24,1 por mil; el más alto de los últimos 22 años.

Asimismo, la tasa de mortalidad se ha mantenido estable en las últimas dos décadas. En 1991, llegaba al 6,68 por mil, en el 2001 al 7,1 por mil y el mismo número se repite en el 2009.

Corresponde señalar, desde otro punto de vista, que el crecimiento de la población se ha producido con mayor intensidad en el Gran Mendoza, en perjuicio de los demás departamentos, especialmente de los más alejados de la capital. Esta, ha sido una constante durante el último medio siglo. Debemos agregar que un ejemplo de esto, es el departamento de Santa Rosa que disminuyó su población en 16 habitantes, respecto del censo anterior (2001). Esto se debe, no solo al crecimiento de la mortalidad en la Provincia, sino también al desarrollo desigual de las fuerzas productivas.

EL valor de la tierra en Mendoza

La superficie territorial de Mendoza es de 150.893 km2, es decir 16.956.145 has.

El valor de las tierras aptas para el cultivo de la vid ha venido creciendo en los últimos años. A primera vista, el enorme potencial que muestra el negocio del vino en Argentina es la principal causa de este repunte. Sin embargo, otros factores contribuyen en buena medida a sostener este aumento, que en muchos casos muestra valores que se han triplicado desde el abandono del tipo de cambio rígido 1 a 1.

Sin dudas el origen de esta brusca apreciación apareció desde el abandono de la paridad cambiaria, y su efecto positivo para las exportaciones agroindustriales. La posibilidad de producir barato y vender caro dio un nuevo impulso al sector vitivinícola.

Si bien, dicha política cambiaria ha generado en la Argentina un proceso de sustitución de importaciones (generando nuevos puestos de trabajo), debemos considerar que también ha beneficiado a los capitales foráneos arraigados en el país. Uno de los grandes negocios para los inversores extranjeros ha sido la compra de tierras aptas para el cultivo, en perjuicio de los productores locales, debido entre otras cosas a la falta de crédito barato (es necesario contar con un Banco Provincial), que en muchos casos se ven obligados a vender sus fincas por falta de financiamiento.

Por caso, en el Valle de Uco, una hectárea pelada apta para el cultivo de la vid no se consigue hoy por menos de U$S 5000, una cifra tres veces superior al valor que tenía hace cuatro años atrás.

“Los precios están volviendo al valor en dólares que tenían antes de la devaluación”, dice Carlos Caggiati, asesor de varios productores del Valle de Uco. La curva que grafica el precio de tierras muestra varios altibajos. En 1998, el valor de una hectárea en la zona rondaba los 5000 pesos-dólares. Luego, y ante la pérdida de rentabilidad en el sector vitivinícola, el valor de la tierra cayó abruptamente. La crisis de 2001 llevó a la cotización de las tierras a uno de sus niveles históricos más bajos.

A mediados de 2002, el valor de una hectárea en Mendoza para producir uva rondaba los U$S 1500, un año después valía el doble. Y hoy el mejor precio que se puede conseguir no baja de U$S 5000.

Por otro lado la oferta parece ser cada vez menor. “Prácticamente no quedan tierras por vender en los alrededores de La Consulta, una de las áreas más buscadas por los compradores”, explica Caggiati.

Para darse una idea de la magnitud del negocio y de la revalorización de estas tierras, el grupo francés Clos de los Siete, del que forma parte el enólogo galo Michel Roland, compró 850 hectáreas en 1998 a un valor cercano a los U$S 2000 la hectárea. Aunque por supuesto no están en venta, el ejercicio de cotizar esta tierra arrojaría una cifra que triplicaría fácilmente el valor que se pagó por ellas. La posibilidad de producir vinos en lugares turísticamente aprovechables, generó y lo sigue haciendo, el interés en varios inversores extranjeros. Y esto contribuye a sostener alto los precios de las tierras.

Pero el fuerte incremento en los precios de las tierras no ocurre solamente en Mendoza. Otras zonas del país como Salta, Neuquén y Río Negro, atraviesan una situación similar.

El interés de los extranjeros por comprar tierras argentinas para desarrollar proyectos vitivinícolas es sencillo de explicar. Un inversor estadounidense que comenzó el año recorriendo fincas en el Valle de Uco, sostiene que “aún con los precios actuales, Argentina sigue siendo por lejos, el lugar más barato del mundo para producir vinos de calidad”.

Para este inversor un valor entre U$S 8000 y U$S 10000 por una hectárea representa una buena oportunidad comparada con los precios que puede conseguir en California donde una hectárea ronda los U$S 50000. Los valores de la tierra en Francia no difieren de éstos últimos y tanto en Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda o Chile el valor de una hectárea es, más caro que en Argentina. 

“En zona de frontera tiene que ser más estricto el control, más cuando la zona está en las cuencas altas de los ríos, como sucede en Mendoza”. La sentencia es de Nelly Gray, doctora en Geografía y profesora en la facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, sobre la limitación a la compra de tierras por parte de capitales extranjeros.

Sobre eso, recordó: “Las superficies que compraron los malayos y la de San Jorge se enclavan en zonas de frontera y en las cuencas altas de ríos. Esto se decidió sin una legislación de protección de las tierras frente a objetivos de capitales extranjeros”. Por tanto, considera positivo el actual proyecto enviado al Congreso por parte de la Presidenta Cristina Fernández, sobre la reglamentación de la compra de tierras por parte de extranjeros.

Los malayos son dueños de una extensión de 250 mil hectáreas en Malargüe. Se trata de la mitad del total de la superficie en manos extranjeras, según estimaciones oficiales.
De allí, la necesidad de poner límites a la compra de tierras por parte de capitales extranjeros. Como así también, de fomentar la producción del empresariado mendocino a los efectos de que éste, no desaparezca.

superficie Cultivada de Mendoza

Los datos del Censo Nacional Agropecuario del INDEC revelan que entre 2002 y 2008 cerraron 6.403 establecimientos agropecuarios en Mendoza. Esto representa una pérdida del 20,9% en la cantidad de unidades productivas que en la actualidad suman 24.237.

Sin embargo, el dato significativo que se desprende de este estudio  es que la Provincia ha tenido en el mismo período referenciado un crecimiento del 34,7% en su superficie cultivada, que a la fecha suma 8,64 millones de hectáreas.

Una expansión de la producción local que supera ampliamente a la media nacional (cerró en negativo) y deja a la provincia en el primer puesto del ranking de evolución de las hectáreas cultivadas entre 2002 y 2008.

Esto indica, al menos en Mendoza, que los pequeños y medianos agricultores han ido perdiendo sus establecimientos en estos últimos años mientras que los grandes inversores del sector han continuado su estrategia expansiva aumentando la superficie cultivada total.

Más superficie en menos cantidad de unidades productivas, muestra un proceso de concentración de la tierra, donde los pequeños agricultores dejaron sus parcelas en manos de emprendimientos de mayor escala, en su mayoría de capitales extranjeros.
Constitución Nacional del `94. Pérdida del federalismo 

La CN de 1994 y la Ley de Reforma del Estado atentaron contra el federalismo económico, al punto de que los gobernadores provinciales tienen que hacer peregrinaciones continuas a la Capital Federal, para mendigar la aprobación de subsidios o préstamos para salir del paso frente a los apremios frecuentes de sus administraciones.

Las Provincias carecen prácticamente de recursos propios, salvo la facultad de gravar algunos bienes imponibles. Pero el grueso de la recaudación impositiva se la lleva la Nación (I.V.A., Ganancias, Impuesto al Cheque, etc.). Y con ello desaparece el federalismo. El Estado nacional les “hace el favor” de coparticiparles una parte de sus propias riquezas.

Esto implica que las provincias se vean tentadas de explotar sus riquezas a “cualquier precio”, a los efectos de generar dividendos para poder sanear sus déficits. Ejemplo: la minería; en esta actividad el Estado provincial debe negociar en inferioridad de condiciones con empresas trasnacionales que vienen a saquear nuestras riquezas causando grandes daños a nuestro suelo.

Dos problemas centrales. Falta de Planificación

Mendoza aún posee dos grandes problemas irresueltos, que año a año generan cuantiosas pérdidas a los productores locales, por falta de una mirada estratégica de estoa asuntos.  
Uno de ellos es, la cuestión hídrica. Israel, país semidesértico ha logrado completar el sistema de riego por goteo para toda su producción agrícola. Sin embargo, en Mendoza, que posee enormes recursos, aún utilizamos el viejo método, como en tiempos del “Canal Zanjón” o “Río de la Ciudad” (actual canal Cacique Guaymallén).

Según el ingeniero José Morabito, responsable del Programa de Riego y Drenaje del Instituto Nacional del Agua (INA), la instalación de sistemas de riego presurizados (por goteo) avanza lentamente en las áreas cultivadas de la Provincia. Se estima que sólo el 15% de las hectáreas cultivadas utilizan este tipo de sistemas, tanto para ahorrar agua como para mejorar las producciones vitícolas, hortícolas y frutícolas. El porcentaje restante de estos cultivos continúa usando el riego a manto, por surcos.

La viticultura es la producción agrícola que tiene el más alto porcentaje de riego por goteo. Estos sistemas se utilizan para darle diferentes caracteres a la uva, con la que finalmente se utilizará para la elaboración del vino."El 90% de la superficie cultivada con riego presurizado corresponde a la vid, y el porcentaje restante al cultivo de hortalizas y frutales", indicó Morabito a Diario Uno. El tipo de cultivo determina el sistema de riego presurizado que se va a instalar, que puede ser por goteo, microaspersión y pivot central. La instalación y el mantenimiento tienen un costo de entre 2.000 y 5.000 dólares por hectárea. Mientras que un productor paga entre 200 y 300 pesos por hectárea por año de derecho a riego superficial. Morabito explicó que "el agua de riego por goteo es cinco o seis veces más cara que el agua superficial que se utiliza en el riego a manto, porque utiliza agua subterránea que se debe extraer mediante un sistema eléctrico”.

Otro tema importante son las inclemencias climáticas, más específicamente la lucha contra el granizo.
Desde hace años, después de cada “granizada” que termina con los sueños de cientos de pequeños y medianos productores de la Provincia, la discusión en épocas de tormenta gira y se agota sobre dos puntos: la efectividad de los aviones de lucha activa contra el granizo y la necesidad de que la producción sea protegida con malla antigranizo.

En relación con el segundo tema en discusión, también hace tiempo que se habla de la necesidad de que el Estado cuente con fabricación propia de malla antigranizo y que agilice los mecanismos para acercar este elemento de protección a todos los productores locales. Sin embargo, la falta de voluntad política da por tierra con lo que sería una cuestión estratégica.

En la actualidad, la superficie protegida por la malla es mínima si tenemos en cuenta que para acceder a la compra de esta tela los productores necesitan acudir a préstamos del Fondo para la Transformación y el Crecimiento y los números de esta entidad muestran que la superficie protegida desde el 2004 a la fecha sólo alcanza a 6.525 hectáreas, es decir a casi 3 por ciento.

Estos bajos índices se comprenden mejor si se analiza el costo que tiene proteger una superficie cultivada con malla. Cubrir una hectárea de vid con tela antigranizo ronda los 30.000 pesos y cubrir una hectárea de frutales y hortalizas cuesta 53.000 pesos. De este modo, si se piensa en un campo de grandes dimensiones, la inversión es verdaderamente importante y la desvalorización que en los últimos años han tenido los productos agrícolas hace que los pequeños y medianos empresarios no contemplen ni por asomo esta herramienta de protección.

Igualmente, otro número que no debe perderse de vista es el promedio de pérdidas por contingencia que maneja la Provincia, pues se estima que a raíz de granizo y heladas se pierden por año 20.000 hectáreas, es decir 8 por ciento de la totalidad de tierra cultivada.

Según los cálculos, a Mendoza le costaría 8 millones de dólares levantar una planta ensambladora de malla y sería ensambladora, porque los materiales de la malla, es decir su materia prima, sólo se fabrican en el exterior, aquí sólo se procede al hilado y el armado de la estructura. Ante lo cual, no sería descabellado pensar en una empresa mixta para mitigar el flagelo que año tras año sufren los productores mendocinos.



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