domingo, 14 de julio de 2013

Los miedos del diario La Nación


Nada más famoso, cuando de la prensa argentina se trata, que de las editoriales del Diario de los Mitre. El diario La Nación ha logrado a través de los años, y ya lleva muchos –fue fundado por el genocida de hermanos paraguayos en 1870-, proveer de letra a los sectores gorilas, cipayos y antinacionales a través de sus editorialistas, no en vano se autoproclama Tribuna de Doctrina.


Pero, sabido es, que no siempre las utilizó para voltear gobiernos o al menos desestabilizarlos tal como intenta hacer con el de la Dra. Cristina Fernández, en ocasiones fue un diario oficialista. Para muestra sobra una editorial:

“La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por la vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa hay una enorme expectación… Por la magnitud de la tarea a emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquí. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza…” (Editorial del día 25 de marzo de 1976).

En ese momento acompañaron al Gral. Videla y a Martínez de Hoz jubilosamente. Festejaban la caída de un gobierno peronista, nuevamente, de mano de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, hoy en día las FF AA no son afines a sus intereses y por lo tanto las critica y, con ello, al gobierno nacional.

De la mano de su editorial del día 12/07 y de la mano del radical, ex ministro de Alfonsín y De La Rúa, Horacio Jaunarena emprende su embate contra el gobierno y las FF AA.

Parece ser que cuando el ejército empieza a cumplir funciones acorde a las demandas de su pueblo, el diario La Nación teme o, a caso, intenta meter miedo al pueblo argentino.

Aquí sus argumentos:

“Al elegir al general César Milani como nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército la Presidenta ha cometido un grave error que puede acarrearle al país muy serias consecuencias (…) parece que hoy el objetivo más ambicioso del Ejército es colaborar en operativos clientelistas junto a jóvenes militantes del kirchnerismo(…) hoy esa fuerza trabaja en veinte villas de emergencia del área metropolitanacon fondos extrapresupuestarios” (1).

Luego se pregunta el editorialista, si con esto, ¿Acaso se busca un Ejército al servicio de los designios y necesidades políticas del Poder Ejecutivo?, a lo que responde:

“Ha sido el propio Milani quien ha confirmado las sospechas, pues en el acto de asunción sostuvo que es preciso que las Fuerzas Armadas "acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional". De ninguna manera. Las Fuerzas Armadas no están para acompañar ningún proyecto nacional del gobierno de turno sino para la defensa nacional, manteniéndose al margen de todo partidismo. Volver a ese rol profesional de nuestras Fuerzas Armadas fue, como dijimos, un camino extremadamente largo y doloroso. La Presidenta quiere desandarlo de la peor manera y volver al pasado, a un Ejército politizado”.

Al poner en funciones a los nuevos jefes militares, la Presidenta anunció la "refuncionalización" de las Fuerzas Armadas, cosa que como vemos desagrada y preocupa a los Mitre. De lo que se trata  es de:

El ejecutivo nacional ha puesto en funcionamiento al servicio de los argentinos, la creación de la Secretaría de Articulación Militar para la Emergencia, con el fin de preparar a las FFAA en caso de inesperadas situaciones climáticas. Cuando el Estado no llega a cubrir necesidades en algunos puntos del país ha sido, sobre todo, la infantería la que suple esta necesidad.

Por otro lado, se trata de que el ejército acompañe el actual proceso de sustitución de importaciones y desarrollo de la industria nacional, a través por ejemplo, de la fábrica de aviones militares de Córdoba. Actualmente su esfuerzo está puesto en la construcción de vagones.

No obstante veamos que más nos dice La Nación, esta vez, a través de uno de sus personeros. Repasemos algunos de los argumentos que nos presenta Jaunarena, a través del matutino:

“La Presidenta quiere desandarlo de la peor manera y volver al pasado, a un Ejército politizado (…) El problema radica en quienes parecen olvidar que la Constitución y las leyes definen sin lugar a equívocos cuáles son el lugar y la función de las Fuerzas Armadas” (2).

Es decir, de lo que se trata, es de tener un ejército “profesional” (estilo propuesto en nuestro país, años atrás, nada menos que por Onganía y Videla) por un lado, y bajo la óptica de un “Estado mínimo”, recluido a la mera función de vigilar las fronteras, por el otro. Tal lo que nos propone La Nación.

El ejército como toda organización del Estado, está atravesada por las distintas clases sociales que existen en nuestro país. Esto ha llevado a que en algunos períodos históricos haya asumido la representación de las mayorías populares. Por otro lado, en países periféricos como el nuestro, en muchos casos funcionó como motor de la industrialización ¿De qué nos hubiésemos privado si personajes como Mosconi, Savio, Brigadier San Martín, etc., se hubieran encargado solamente de cuidar las fronteras?

En lo que a nosotros respecta, no será ocioso recordar que el Ejército argentino está presente a lo largo de doscientos años de vida independiente. Esta presente para bien y para mal, al servicio del país y en contra de él, “ha sido mitrista y montonero, porteño y nacional, artiguista y antiartiguista (Ramírez y López), roquista y portuario, yrigoyenista y antiyrigoyenista, peronista y antiperonista, librecambista y proteccionista, aliado al pueblo y convertido en policía militar, defensor del Puerto y constructor de la unidad del Estado, exterminador de gauchos y conquistador del Desierto. Ha sido todo eso y quién sabe que destino le aguarda”(3).

La institución militar depende para su funcionamiento de las finanzas del Estado y de la ideología de ese Estado. En un país periférico, las relaciones de fuerza internas determinan que cíclicamente esa ideología y, en consecuencia, parte del Ejército, se hacen interpretes y defensores de esos postulados.

Nuestras FFAA deben saber cuál es su función. Es decir saber que son el garante de la defensa de nuestros recursos naturales, promotores de nuestra industria y defensores de su pueblo ante el invasor extranjero y no miembros serviles de la oligarquía como lo fueron durante el 76 o durante el 55.

Es necesario que nuestras FFAA marchen juntas a la par con el pueblo argentino, en pos de la integración y emancipación de Suramérica. La refuncionalización de ellas promueven dicha esperanza.

Acompañar en estos momentos de crisis económica mundial, de la reciente creación de la Alianza del Pacífico, de la reapropiación de los recursos naturales y el intento de reindustrialización de nuestro país, es estratégico que las FFAA estén en consonancia con el gobierno nacional. De  esta manera recupera el papel histórico, que es promover desde el Estado la industria nacional. A pesar, de los miedos que esto provoque al diario La Nación.


Notas
(1) Caso Milani: los graves peligros de una designación, Editorial del día 12 de julio de 2013.
(2) Las Fuerzas Armadas, instrumento clientelar, nota de opinión del día 12 de julio de 2013.
(3) El Ejército y la Revolución Nacional, J. A. Ramos.

Por: HERNÁN RAMÓN Y EMANUEL GARRO (nota publicada en http://rinacional.com.ar )

No hay comentarios:

Publicar un comentario