martes, 31 de julio de 2012

EL CANDIDATO DE DOÑA ROSA... Y DE LA SRA


Hugo Biolcati se subió al tren opositor, más allá de que pertenecía al mismo, pero esta vez con el traje de candidato. El estanciero de “la Dorita”, estancia productora de leche propiedad del mismo, dio un salto hacia la política tras dar su último discurso al frente de la Sociedad Rural Argentina. “Llegó la hora de despertar a la vida pública, es el momento de descubrirse como protagonista de esta imprescindible renovación moral que exige nuestra patria” sostuvo en el acto realizado el pasado sábado en la Rural, que inauguraba la celebre exposición anual.


Rodeado, como era de esperarse, de Mauricio Macri y su gabinete, el afamado personaje de las frases poco felices (recordarán su pronunciación luego de la reelección de Cristina, “Esa gente votó a Cristina, esa gente a la que no le importa que aparezcan casos como el de los Schoklender, ni que haya inseguridad. Sólo le importa pagar el plasma (…) A la gente en el interior no le va mal. Mira el programa de Tinelli y si puede pagar el plasma, no le importa nada más”), lanzó su candidatura haciendo un reconto de todo lo que está mal en el país, que en síntesis bajo su visión, lo que está mal es TODO, y es preciso mejorar.

El hombre habló de todo: "hoy tenemos el fracaso de una política” sentenció, producto  de “el rol perverso del Estado” que provoca: "parálisis económica”, "heladas, sequías, cenizas y desidia de los gobiernos”, "inflación negada”, "brutal inseguridad”, "manejo discrecional de los fondos”, "gobernantes genuflexos que mendigan dádivas”, etc, etc, etc. ¿Se da cuenta señora? ¡Hasta las heladas son culpa de este gobierno y del Estado que tenemos! ¿Cómo no votar a Biolcati?

Macri se esperanza
Macri se encontró de repente en la Rural, no por casualidad ni por que se hubiese perdido buscando un Rapipago para pagar la boleta de la luz, no. Estaba allí justamente para apoyar a un ¿posible Pro? o ¿compañero de fórmula? Ya que se esperanza con una nueva incorporación a su partido en vistas a las futuras elecciones.

Sostuvo en el acto de su amigo que “con la aplicación de políticas adecuadas el campo podría cuadruplicar sus exportaciones en el término de un año, crear un millón de puestos de trabajo y resolver los problemas de pobreza del país”. Todo un visionario, pero de 1880.

A esto debemos agregar que ambos personajes comparten la misma visión de la Argentina: Agroexportadora, sin un Estado molesto y que permita a la gente sabia hacer buenos negocios, de ser posible la implementación del voto calificado (hay mucha gente que te vota por el plasma, viste), libertad para comprar dólares, etc.

Ante una imagen en descenso directo, ¿que mejor para el Jefe de la ciudad que un refuerzo como este?

“El Campo”
Sabido es que en los últimos años uno de los sectores que más acumuló fue el mal llamado campo. Al hacer mención a este vale aclarar que estamos hablando del conglomerado exportador, los que son grandes productores, los que se quejan de las retenciones, los monopolios cerealeros, bah! la Sociedad Rural. Y por otro lado vienen los pequeños productores de la Federación Agraria (los que son apenas chacareros según Biolcati).

Los primeros se han visto beneficiados en los últimos años por los altos precios internacionales de los comodities. La reducción de cabezas de ganado (12 millones) que el sábado mencionaba Biolcati, tiene que ver con que muchas hectáreas se volvieron más rentables a raíz de la siembra de soja producto de su alto precio en los mercados internacionales.

Es el sector de la economía, que en relación, genera menos puestos de trabajo. Para crear el millón de empleos que profetiza Macri sería necesario que se plantara soja hasta en Lavalle. Además de ser el sector con mayor índice de trabajo no registrado.

En ese sentido el gobierno nacional apunta a una industrialización del sector, lo cual involucra fundamentalmente a los segundos (pequeños y medianos productores), los cuales han recibido en los últimos años impulsos del Estado (beneficios impositivos, Plan Agroalimentario, etc).

Doña Rosa
“En los años 80, Bernardo Neustadt –un genio maligno que acaso sea extrañado hoy por la derecha mediática– le puso nombre propio al “sentido común”: Doña Rosa. Al amparo de los miedos y los sueños módicos de esta ama de casa (poco instruida, pero esclarecida por los rigores de la vida cotidiana), el “sentido común” fue hilvanando relatos que el establishment necesitaba para legitimar sus políticas. Doña Rosa se convirtió, así, en el paradigma naïf que prefiguró al menemismo del “voto cuota”. Su gran mérito: traducir en consignas simplonas una sofisticada ingeniería social destinada, precisamente, a hacer pelota a todas las Doñas Rosa del país” (…) “Los candidatos de la derecha en el siglo XXI no invocan puntualmente a Doña Rosa; sin embargo, apelan en todo momento al imaginario de aquella heroína de ruleros y crochet. La despersonalizaron, a la pobre. Ahora utilizan los eufemismos “la gente” o “la sociedad” (nunca “el pueblo”, que alude a mistificaciones populistas ya superadas incluso en tiempos de Doña Rosa)” (1).

Para hacer todo lo que falta en nuestro país es necesario apelar al buen sentido o al común sentir del pueblo argentino, que no es lo mismo que el “sentido común” de las doñas Rosa, las Mirtha Legrand o los Macri, Biolcati, Magnetto, Alfonsín y compañía.

En su momento los argentinos supimos sacarnos de encima a las doñas Rosas ¿estarán regresando? Sólo la profundización del modelo se los puede impedir.

Nota:
(1) Fernando D´addario, Página 12.



Hernán Ramón


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